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Lectio Divina con el Evangelio del Domingo I de Adviento

"Tiempo de Vigilar" · Autor: FANO
Publicado: 27/11/2014: 4846

Antonio Collado, vicario de la Promoción de la Fe y párroco de San Juan Bautista de Málaga, nos ofrece la Lectio Divina con el Evangelio del próximo domingo, I de Adviento, con el que se inicia el Año Litúrgico.

Lectura (Lectio) Este domingo comenzamos un nuevo año litúrgico que se inicia, como siempre, con el Adviento. Es un tiempo para preparar con renovada fe el nacimiento de Jesús en Navidad y también para preparar su vuelta definitiva. Leo el texto tanta veces como sean necesarias para acogerlo en el corazón desde una postura creyente y orante.

Meditación (Meditatio) Este pasaje del evangelio se encuentra al final del gran discurso con que Marcos cierra la actividad pública de Jesús (discurso apocalíptico). El advenimiento del Señor es, por tanto, el tema central del discurso, donde Jesús se identifica con un personaje del Antiguo Testamento, “Hijo del hombre” (Dn 7,13-14). Sin embargo, sería un error pensar que este discurso se refiere al final del mundo y, por tanto, queda lejos.

La mirada está puesta en el final de la historia, pero el mensaje es para el momento presente; aparece en forma de exhortación repetida, al inicio, en el centro y al final del pasaje. “Estad alerta”. Esta exhortación está ilustrada con una pequeña comparación (vv.35- 36); la parábola es fácil de entender: el hombre que se va de viaje es Cristo. Deja su casa, su Iglesia, al cuidado de sus servidores. Cada uno debe cumplir con la tarea asignada. Todo somos, en cierto modo, porteros que hemos de permanecer despiertos ante la segura venida del Señor. Esta enseñanza, lejos de ser una propuesta para vivir en el temor de un futuro incierto, es para la comunidad de Marcos una invitación a la esperanza, a revitalizar la fe. “Lo que a vosotros os digo, lo digo a todos” (v.37) es un ampliación en la que se incluye, no solo a los primeros destinatarios: Pedro, Santiago, Juan y Andrés (Mc 13,3), sino a los seguidores de Jesús de todos los tiempos. Los Padres de la Iglesia hablaban de tres venidas del Señor; la primera es la que tuvo lugar cuando se encarnó; la segunda es la que tendrá lugar al final de los tiempos; y la tercera es la venida diaria a cada uno de nosotros. En el Adviento recordamos la primera, nos preparamos para la segunda y tratamos de hacer posible la tercera.

Oración (Oratio) ¿Por qué se insiste en la función del portero? ¿En qué se parece mi situación a la de los discípulos que aguardan el regreso del Señor? Apoyado en estas preguntas, inicio mi trato personal con el Señor en un ambiente de oración y silencio.

Contemplación (Contemplatio) «¡Cuidado! Estad alerta». ¿Vivo consciente de que mi meta es el encuentro con Cristo o me he instalado en este mundo? Ahora es el momento de saborear esta experiencia de amistad.

Compromiso (Actio) ¿Qué debe cambiar en mi vida para vivir adecuadamente el Adviento? ¿Cómo espero la llegada del Señor? ¿Angustiado? ¿Pasivo?

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