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Deseos navideños: descubrir al Jesús auténtico

Publicado: 01/01/2013: 6939

Conozco un estrecha callecita, lúgubre y misteriosa, de Frigiliana, llamada Pasaje del Inquisidor. Las veces que he pasado por ella lo he hecho con cierto miedo. Cuentan que allí vivió un inquisidor que visitó el pueblo a mediados del siglo XIX.

Cuentan que vino expresamente a  quemar el libro de la Biblia que una señora del pueblo tenía en su casa. Del mismo modo, en tiempos de santa Teresa, la Inquisición quemaba ejemplares de la Biblia en hogueras públicas. La formación religiosa de la mayoría de los españoles, a través de siglos, provenía directamente del catecismo oficial, a través de la familia y de las devociones populares.

Ahora, afortunadamente y gracias al Vaticano II,  el Evangelio  es un libro que se encuentra en muchos hogares  cristianos y se  medita con bastante frecuencia, sobre todo el Evangelio de  cada día. Pero tenemos el peligro de leerlo y meditarlo desde el prisma de la religión recibida. Sin mala fe, el frescor, la novedad y la fuerza del Evangelio quedan ocultos bajo un cúmulo de conceptos religiosos, que se han presentado como  verdades absolutas.

Una de  las mentes más clarividentes sobre temas religiosos en la actualidad, el antropólogo, teólogo y místico Javier Melloni  ha escrito: “Las religiones se hacen indigestas –no solo indigestas, sino sumamente peligrosas- cuando pretenden apoderarse del Absoluto.” Pensemos, por ejemplo, en el fanatismo y terrorismo islámico o en la  Santa Inquisición. Y sin llegar a estos extremos, pueden llevarnos a manipular a Dios, hasta tal punto, que de alguna manera la enseñanza religiosa recibida hace como de filtro que, inadvertida pero eficazmente, condiciona y distorsiona la lectura del Evangelio.  Y puede ocurrir que personas muy religiosas e incluso personas consagradas,  interpretemos de manera  incompleta, y a veces hasta errónea,  el mensaje de Jesús.

Seamos sinceros, a todos nos cuesta aceptar la radicalidad del Jesús de los evangelios. A veces su mensaje nos resulta incómodo y escandaloso. Ya lo dijo Musolini en un momento de sinceridad: “Soy católico, pero profundamente anticristiano”.   Y es que ante el Jesús auténtico todos nos sentimos sorprendidos y a veces molestos, y más que nadie las personas religiosas. “El Dios de Jesús no es como el Dios del que hablan las religiones, sino un Dios diferente” (Chistian Duquoc). “El Dios que Jesús nos revela es justo lo opuesto a todolo que el hombre religioso espera de Dios” (Dietrich Bonhoeffer). Y, mucho antes de estos dos insignes teólogos contemporáneos, Juan de la Cruz nos dirá: “¡Qué poco conocen a Jesús los que dicen ser sus amigos!”

Buena tarea para esta Navidad: potenciar un contacto íntimo con la persona de Jesús: conocer mejor su vida concreta, sintonizar vitalmente con él sin prejuicios culturales, mentales y religiosos. Necesitamos captar bien el núcleo de su mensaje; entender mejor su proyecto de reino de Dios, esto es, el poder transformador de la bondad; dejarnos atraer por su estilo de vida, contagiarnos de su pasión por Dios, por  la persona humana, por los pobres y por la madre tierra, con imaginación, osadía y esperanza.

¡Feliz, solidaria y evangélica Navidad, y un Año Nuevo con menos recortes y menos sobresaltos!

 

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Autor: diocesismalaga.es

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