En todo el mundo, sin distinción alguna de religión, raza o condición, vivimos estos días tiempos de severa incertidumbre. Este virus que desde hace meses viene extendiéndose, hasta convertirse en pandemia, coloca a la Humanidad en una situación ciertamente delicada, de la que ninguna sociedad puede evadirse.

Y es en momentos como éstos cuando los valores cristianos adquieren mayor vigencia: la abnegación, para aceptar las vicisitudes de la vida, la humildad, para sobrellevar un tiempo de obligado aislamiento social, la piedad hacia quienes se están viendo afectados por la enfermedad, o no tienen herramientas para combatirla… Y sobre todas ellas la caridad, como elemento esencial para ayudar, cada uno desde nuestras posibilidades, a paliar la situación y a una vuelta a la normalidad que no debe dejar a nadie atrás.

En el ámbito de las empresas, además, tenemos la responsabilidad de velar por la salud y la integridad de las personas que componen nuestras plantillas. En muchos casos también, se ha de mantener la actividad productiva, a fin de continuar suministrando a la sociedad bienes y servicios imprescindibles para la vida cotidiana. Y estas funciones no se pueden ejercer sin responsabilidad y ánimo sereno. Sin creer en el protagonismo de las empresas como pilares del bienestar social, y sin asumir este relevante papel.

En tiempo de Cuaresma, que tanta significación tiene desde el sacrificio y la oración, se nos presenta en este 2020 una situación que invita a una reflexión aún más profunda, pero también que nos empuja a la acción, a la perseverancia y a la fe. Porque cuando pase la enfermedad, que pasará, nos tocará regresar a las tareas cotidianas, con un esfuerzo multiplicado y compartido, retomando tantos proyectos empresariales y laborales que hoy quedan en suspenso. En definitiva, afrontando situaciones complicadas en muchos casos, pero eso sí, colaborando todos unidos para alcanzar una sociedad más próspera, inclusiva y sostenible.

Javier González de Lara y Sarria

Presidente

Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) y Andalucía (CEA)