NoticiaCoronavirus «Ojalá después de esta crisis no olvidemos darnos al hermano» Milagros Rivera, médico anestesista Publicado: 20/03/2020: 30392 CRISIS CORONAVIRUS Milagros Rivera Pérez es médico anestesista en el Hospital Universitario Virgen de la Victoria y feligresa de la parroquia El Buen Consejo en Torremolinos. Como sanitaria y creyente, lanza un mensaje de esperanza y responsabilidad en esta Cuaresma diferente que vivimos, destaca como botón de muestra que antes en las epidemias la gente huía ahora la gente es muy solidaria. «Esta situación hay que vivirla con fe, una fe dinámica, que nos lleva a salir de nosotros mismos y a darnos al prójimo. Es la única manera de abrazar al Señor, yendo al hermano» Cada día nos llegan cientos de mensajes de todo tipo de contenido, ¿cuál es el que usted enviaría? Para empezar, un mensaje de serenidad y de responsabilidad ante las recomendaciones que se nos dan desde las autoridades sanitarias, porque hay que proteger, sobre todo, a los más vulnerables. Y, en segundo lugar, que no olvidemos que no debemos difundir bulos, porque están haciendo muchos daño. Hay que informarse a través de las fuentes oficiales. Lo más importante es que se queden en casa, que no es fácil, pero que va a pasar y hoy día tenemos medios suficientes para comunicarnos. Mi mensaje es tranquilizador, porque de este vamos a salir ayudándonos entre todos. Es curioso ver cómo han cambiado nuestras escalas de valores. Muy curioso. Fíjate en un detalle: las agendas llenas, se han vaciado y esto nos tiene que llevar a reflexionar. Ha despertado una gran solidaridad y la debemos mantener cuando todo pase porque de este mal saldrá bien. Es tiempo de despertar todo lo bueno que tenemos. Esta Cuaresma va a ser muy distinta a todas las vividas. Por supuesto. Creo que tenemos que mirar con esperanza y confianza plena en nuestro Señor Jesucristo. Decía Teilhard de Chardin: «piensa que te encuentras en sus manos más fuertemente sostenido cuando más decaído y triste te encuentres», y yo esas palabras las tengo grabadas. Esta situación hay que vivirla con fe, una fe dinámica, que nos lleva a salir de nosotros mismos y a darnos al prójimo. Es la única manera de abrazar al Señor, yendo al hermano, aunque ahora no podamos abrazarnos físicamente. Y si podemos evitar que las personas solas y mayores tengan que ir a la farmacia o al supermercado, pues ahí está nuestra misión. Los aplausos de las 8 de la tarde nos sobrecogen de agradecimiento, pero son muchos los héroes de estos días: el personal del supermercado, de la gasolinera, el servicio de limpieza, los conductores... es que hay muchísimos héroes a los que aplaudir. Entonces, ¿piensa usted que de esta crisis saldrán buenas semillas? Tengo la esperanza y hasta la certeza, de quede tras esta situación florecerá lo mejor. Pongamos todo en manos de Dios, siendo responsables del hermano, y démonos cuenta de nuestra fragilidad. Parece que se nos olvidó que somos frágiles, ojalá que no se nos vuelva a olvidar que nos tenemos que dar al hermano y ayudarnos unos a otros. Tenemos la suerte de vivir en un país con una medicina maravillosa y con muchos medios, aquí tenemos agua y jabón para lavarnos las manos, pero en África no los tienen. ¿Vale más nuestra vida que la de las personas desfavorecidas? ¿Y los que no tienen casa, quién va a recogerlos? Esto tiene que despertar las conciencias.