Vida Diocesana ¡Ojito con el deporte! Publicado: 28/04/2016: 1340 Acostumbro a ojear los diversos digitales que se publican en castellano basados en buenas noticias. No tengo más remedio que hacerlo porque, desgraciadamente, no llegan a mi conocimiento directo demasiadas “buenas noticias” en los tiempos que vivimos. Como me comprometí con un diario a suministrarle una buena noticia cada semana, hay veces que me veo y me deseo para poder rescatar alguna. De hecho, de las diversas publicaciones que se pueden encontrar en Internet sobre estos temas, varias han cerrado a final del 2015. Menos mal que algunos amigos me “chivatan” lo que pillan por ahí. De una de estas publicaciones he podido conocer una noticia que me ha hecho encender la alarma. No por lo novedoso, sino por lo reiterativo. En Madrid, los servicios del Samur, han tenido que practicar ejercicios de reanimación durante una hora para poder recuperar a un hombre de cincuenta años que había sufrido un infarto mientras estaba corriendo una maratón. No es la primera vez ni, desgraciadamente, la última. Hace varias semanas dos corredores han fallecido en una misma competición por fallos cardíacos. Estamos en plena moda del culto a la imagen, el gimnasio, las carreras, maratones y ya en el último estadío, a la vigorexia. De ninguna forma estoy en contra de la actividad física que es saludable y necesaria. Pero a nivel del segmento de plata y alrededores, hay que tener mucho cuidado. Sobre todo si se tiene las rodillas y la columna hechas puré, el corazón trabajado y los músculos en general, algo atrofiados. Los médicos de las zonas costeras, alguno de mi familia, miran con pavor los corredores playeros de los primeros días de las vacaciones. Hombres y mujeres enfundados en flamantes “chándales” de diseño y calzados con zapatillas deslumbrantes. El ejercicio exagerado, la falta de costumbre y de control médico, llevan a esos excesos que acaban en el hospital. Mi hijo mayor, que es geriatra, sí, esa especialidad que el SAS no considera necesaria, siempre me dice lo mismo. Vida sana, mucha agua, paracetamol y largos paseos a paso vivito. A mí, personalmente, me va muy bien. Pero hay que hacerlo invierno y verano. Dejar el coche y tomar el autobús. Cuando hace mal tiempo, bicicleta fija a velocidad adecuada, no a ritmo de tour de France y mucho sentido común. Se puede aprovechar para pensar o rezar, o las dos cosas. Los chinos me dan envidia. Como, sin vergüenza alguna, salen a los parques y las plazas y se ponen a practicar ejercicios adecuados a su edad y condición. Como pille alguna de estas actividades cerca de mi casa, me apunto. Así que, queridos niños del segmento de plata (y alrededores) hacedme caso. Todo con mesura. En especial esas carreras para las que no estamos preparados. Despacito y buena letra. Amén. ¡En España dieciocho!Capacidad de asombro Comentar artículo Título de un comentario. Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis, Noticias o Html/Varios Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Comentario: Nombre: Email: Acepto las Condiciones de uso La dirección IP de su ordenador quedará registrada al realizar el comentario de cara a su identificación por si fuese necesario. RECUERDE: - Estas opiniones pertenecen a los lectores y no a la Diócesis de Málaga - No está permitido hacer comentarios injuriosos o contrarios a la libertad de expresión. - La Diócesis de Málaga se reserva el derecho de eliminar comentarios inadecuados. - No dude en avisar de posibles comentarios inadecuados. - Los comentarios podrán ser reproducidos textualmente en otras publicaciones de la Diócesis. Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir