Vida Diocesana

Nadie es profeta en su tierra

Publicado: 23/03/2016: 1689

¡Qué verdad más grande! Los que tenemos coleccionados un montón de almanaques, hemos tenido, y tenemos, la oportunidad de comprobar cuanto de verdad recoge este aserto. Vengo observando como los más cercanos son los que menos entienden nuestra manera de ser, comprenden nuestras actitudes o valoran nuestras realidades. Estas actitudes dejan en nosotros un poso de incertidumbre y un mar de dudas sobre nuestra capacidad de transmitir valores.

Esto no tiene que desmoralizarnos. Nosotros venimos a sembrar, no a recoger. Pero es muy triste que tengas que “palmarla” para que reconozcan los méritos del “palmolive”. Tengo grandes ejemplos de personas maravillosas en cuyo velatorio o funeral se reconocen unas virtudes que se les ha negado en vida.

Por otra parte, estamos hartos de ver como cualquiera, que apenas te conoce, escucha con atención tus consejos y, a veces, ¡hasta los sigue! Los tuyos, los más cercanos no. Y es lógico. Tu historia, llena de luces y sombras, apaga cuanto de claridad intentas transmitir. Siempre se trata de “las cosas de papa, mama, el abuelo o la abuela”.

Muchos de mis amigos y lectores son practicantes del catolicismo. Estamos criados en una vivencia cristiana llena de matices, de oraciones y de prácticas religiosas. Hemos bautizado, confirmado y llevado a la comunión y al matrimonio católico (cuando hemos podido) a los nuestros. Pero al día siguiente, nos volvemos a encontrar solos en las celebraciones y a descubrir que ellos llevan su fe de otro modo. No necesitan nada más que los actos de cumplimiento (cumplo y miento) para vivir un cristianismo light que para ellos es suficiente.

¿En qué nos estamos equivocando? Quizás es que cambian los tiempos. Pero, lo siento mucho. Se lo están perdiendo. A lo mejor es que no le damos buen ejemplo. Es seguro. Pero el ejemplo de Jesús, recogido en su Evangelio, es irrefutable.

Hoy es Jueves Santo. Día del amor fraterno. Pienso que la mejor manera de amar se basa en hablar poco y comprender mucho. Solo pido a Dios que me ayude a transmitir la idea de que el cielo y el infierno comienzan aquí, en la tierra. Y que depende de nosotros, de nuestra forma de vivir, el comenzar a disfrutarlo o a sufrirlo desde ya.

Los actos terroristas de estos días nos hablan de un infierno presente. Y la persecución de los cristianos en buena parte del mundo también. Siria, Pakistán o Corea del Norte son ejemplos muy claros de ello. Hay muchas Bruselas desgraciadamente. Los puntos señalan otra manera de ejercer el terrorismo. Que se lo digan al Padre Cacho.


Comentar artículo

Título de un comentario. Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis, Noticias o Html/Varios

Nº 2 |  Nombre de usuario (08/01/2014 15:02)

DENUNCIAR COMENTARIO

Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis

Nº 2 |  Nombre de usuario (08/01/2014 15:02)

DENUNCIAR COMENTARIO

Comentario:

Nombre:

Email:

 

 

La dirección IP de su ordenador quedará registrada al realizar el comentario de cara a su identificación por si fuese necesario.

RECUERDE:
- Estas opiniones pertenecen a los lectores y no a la Diócesis de Málaga
- No está permitido hacer comentarios injuriosos o contrarios a la libertad de expresión.
- La Diócesis de Málaga se reserva el derecho de eliminar comentarios inadecuados.
- No dude en avisar de posibles comentarios inadecuados.
- Los comentarios podrán ser reproducidos textualmente en otras publicaciones de la Diócesis.

Compartir artículo