DiócesisLectio Divina Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario Para Dios nada es imposible · Autor: FANO Publicado: 09/10/2015: 4394 Emilio López Navas, profesor de los centros Teológicos de la Diócesis de Málaga y párroco de Arroyo de la Miel, ofrece esta Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXVIII del Tiempo Ordinario. Lectura (Lectio) Este pasaje evangélico se compone, por así decirlo, de dos escenas. En la primera, el “joven rico” se acerca muy respetuosamente a Jesús y entabla conversación. En la segunda, los discípulos reaccionan extrañados y sorprendidos por la exigencia contenida en las palabras del Señor. En este primer paso, fíjate bien en las reacciones y actitudes de los personajes. Meditación (Meditatio) La conocida expresión del camello y el ojo de la aguja ha dado para mucho. Normalmente, cuando se tratan de explicar estas palabras (en la predicación, en catequesis…) o se ensancha el ojo, o se reduce el camello… la cuestión es intentar hacer más asequible la entrada en el Reino a los ricos. Sea como fuere, la frase es clara y contundente, hasta el punto de espantar a los discípulos. Quizá lo que nos “salva” es la diferencia entre “difícil” e “imposible”, junto con la ayuda de Dios. Para Él nada es imposible. El joven rico estuvo a punto de experimentar esa diferencia, pero el apego a lo material le impidió sentir el poder divino y lo dejó envuelto en tristeza. Y eso que era un candidato estupendo: cumplir los mandamientos desde que era un niño supone un esfuerzo ímprobo y un deseo de hacer el bien que muchos no sólo no comparten, sino que rechazan sistemáticamente. La exigencia de dejarlo todo y emprender un camino de seguimiento es difícil, pero no imposible de realizar. De hecho, los discípulos parecen quejarse ante el Señor, por boca de Pedro: nosotros lo hemos dejado todo. La respuesta de Jesús es al mismo tiempo esperanzadora y contundente: en este tiempo, van a recibir cien veces más… pero con persecuciones. El Maestro no ahorra realidad a los suyos, no los engaña. El seguimiento comporta una alegría impresionante, un desbordamiento de gracia que suple todo lo que se deja… pero al mismo tiempo implica ciertamente la persecución, las complicaciones... Se podría decir que ahí está el crisol en el que se probará el verdadero seguimiento, la manera de verificar que se está en el camino correcto. Pero atención, no hay que buscar esa persecución, ella llegará sola si apostamos todo a Jesús y el Evangelio. Oración (Oratio) «Nosotros lo hemos dejado todo». Puedes repasar tu historia personal de decisiones con el Señor, viendo qué cosas has dejado y buscando qué te ha regalado el Señor a cambio. Contemplación (Contemplatio) «Lo miró con cariño». Devuélvele tú ahora esa mirada amorosa al Señor. Él quiere para ti lo mejor, quiere que seas feliz. No pongas nada entre Él y tú. Abandónalo todo en sus manos. Compromiso (Actio) ¿Lo has dejado todo por seguirlo? Seguro que puedes dejar algo más. Puede ser material o puede tratarse de una actitud que no te ayuda en el seguimiento. Vamos, anímate a dejar algo más por él, que la recompensa promete… Diócesis Málaga @DiocesisMalaga Más artículos de: Lectio Divina Lectio Divina con el evangelio del Domingo XXIX del Tiempo OrdinarioLectio Divina con el evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir