Vida Diocesana ¿Por qué? Publicado: 14/08/2014: 1958 Hay dos etapas de la vida en la que se nos plantean la pregunta –casi siempre mal contestada- del porqué de las cosas. En la primera -la infancia-, el afán de conocer y dar sentido a las palabras, los hechos o las circunstancias que nos rodean, nos impele a preguntar por todo: lo divino y lo humano. Casi siempre las respuestas son simples cuando la pregunta lo es. Cuando se escapan de nuestro conocimiento o nos comprometen, la respuesta es evasiva, o si no, utilizamos el “porque sí” y el “ya lo entenderás cuando seas mayor”. La segunda etapa se presenta cuando hemos superado la etapa de la autosuficiencia y el “ponerse el mundo por montera”. Normalmente coincide con la “edad de plata” de la vida. En aquella en la que nos encontramos los que le volvemos a dar trascendencia a lo divino y a lo humano. Entonces nos preguntamos el porqué de las cosas negativas, el dolor, el sufrimiento y la muerte. En estos días estamos en eso. La muerte del Padre Pajares y de tantos hermanos africanos, victimas del virus maldito, nos ha llenado de dolor y consternación. Pero, además, la nieta de unos amigos –muy amigos- míos está internada padeciendo una enfermedad rara y de pronóstico complicado. Estas situaciones nos hacen plantearnos el ¿por qué? Yo no tengo la solución, como tampoco la tengo para saber por qué unos son ricos y otros no, por qué a algunos le tocan la primitiva o la lotería y a mí no. Algo de esto lo tengo bien claro. Dios no tiene nada que ver en eso. Pero ante el dolor, uno repite: ¿por qué? No lo sé. Pero sí que intuyo como sobrellevarlo: acompañando al que sufre y rezando por el enfermo. Si tenemos fe –mucha fe- debemos entender que el Padre Pajares está ahora mucho mejor que antes. Y que la nieta de Paco y Reme se va a poner mejor. Pero todo esto es mucho más fácil decirlo o escribirlo que vivirlo. Solo nos queda la posibilidad de acompañar, consolar y comprender. Y sobre todo, pedir, lo mejor para el enfermo y para sus familiares. Ahora nos damos cuenta de que no somos tan dueños de nosotros como pensamos. El dolor nos hace menos prepotentes. Pero estoy seguro que Dios nos va a acompañar en estos momentos, y al enfermo también. De esto sí que doy fe. Una paella distintaNo rompiendo...no es mal lance Comentar artículo Título de un comentario. Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis, Noticias o Html/Varios Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Este bloque solo estará disponible en los artículos de tipo BLOG y no en los de Diócesis Nº 2 | Nombre de usuario (08/01/2014 15:02) DENUNCIAR COMENTARIO Comentario: Nombre: Email: Acepto las Condiciones de uso La dirección IP de su ordenador quedará registrada al realizar el comentario de cara a su identificación por si fuese necesario. RECUERDE: - Estas opiniones pertenecen a los lectores y no a la Diócesis de Málaga - No está permitido hacer comentarios injuriosos o contrarios a la libertad de expresión. - La Diócesis de Málaga se reserva el derecho de eliminar comentarios inadecuados. - No dude en avisar de posibles comentarios inadecuados. - Los comentarios podrán ser reproducidos textualmente en otras publicaciones de la Diócesis. Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir