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Los cristianos de Málaga hunden sus raíces en Jesucristo

Publicado: 29/12/2010: 639

Con el Vaticano II y, años más tarde, con la llegada de la democracia, comenzó el declive del “cristianismo sociológico”, basado más en las costumbres que en una fe personalizada y arraigada en Jesucristo. Y muchos sacerdotes nos sentimos aliviados de que no nos pidan el acceso a los sacramentos aquellas personas que carecen de fe viva y que no están dispuestas a convertirse al Evangelio.

Porque el matrimonio sacramento, el bautismo y la primera comunión son para los cristianos que intentan convertirse cada día y vivir su fe con seriedad. Jesucristo vino para todos y nos ama a todos. La respuesta del hombre es una decisión libre, adulta y comprometida, aunque nunca sea perfecta.

En este sentido, la Iglesia está creciendo hacia dentro, porque hunde sus raíces en Jesucristo. Es verdad que somos menos los que acudimos a los templos y celebramos la fe, pero estamos más convencidos y comprometidos con Dios. El católico practicante actual –me refiero al practicante- se siente más comprometido con Jesucristo, en quien hunde sus raíces; más en comunión con la Iglesia, sin caer en el pensamiento único; más activo en la vida parroquial y más responsable en el sostenimiento de la Iglesia. 

Aunque el número también sea importante, está subordinado a la calidad, porque el Evangelio no admite rebajas. Ni en cuestiones de fe ni en cuestiones de moral. Quiero decir que la Iglesia, también la de Málaga, se ha desprendido de mucha hojarasca, sigue buscando el rostro de Dios, sirve como nadie a los pobres y está más viva que nunca. Es verdad que tiene que saber presentar el Evangelio de siempre al hombre de hoy, pero sin que los gustos y las modas quiten hondura a su fidelidad a Jesucristo. 

Artículo "Desde las azoteas", de Juan Antonio Paredes, en la revista Diócesis

Autor: diocesismalaga.es

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