NoticiaDiáconos Juan Fernández Navarro, funerario de profesión y diácono permanente de vocación Juan Fernández Navarro y Antonia Romero Fernández // E. LLAMAS Publicado: 04/10/2022: 12285 Juan Fernández Navarro está casado con Antonia Romero Fernández. Tienen dos hijos: Juan de 13 años y María de 11. Juan es funerario en uno de los cementerios más bonitos de España, el de Casabermeja, que está considerado Bien de Interés Cultural. El sábado 22 de octubre será ordenado diácono permanente por el Sr. Obispo, D. Jesús Catalá. PODCAST DIOCESANO. Juan Fernández, diácono permanente Su esposa, Antonia, afirma que, «al principio no sabía muy bien cómo iba a terminar todo esto. Sabía de la labor del diácono permanente, pero no pensaba que mi esposo se lo plantearía. Cuando me contó lo que estaba sintiendo, lo respeté y lo animé a seguir adelante. Ahora lo veo tan ilusionado, feliz y contento, que sigue teniendo todo mi apoyo». Juan ve la mano del Señor en todo su proceso, incluso en el cambio de trabajo: «actualmente trabajo como funerario en el cementerio de Casabermeja, pueblo donde vivimos, pero antes estuve trabajando en Diputación. Al mirar hacia atrás veo que todo tiene sentido. Mi vocación al diaconado permanente no tiene un momento concreto, sino que es un camino recorrido, algo difícil de explicar, porque se escapa a la razón. Mi cabeza me ha dicho muchas veces que no tengo tiempo para estudiar, que es cierto, que el gasto económico es grande en una casa en la que no sobra el dinero, que es cierto… pero algo me seguía empujando y me hacía confiar en que el Señor me daría el tiempo y el dinero necesario para llegar al final del proceso de formación, y vivir en esa confianza ha sido precioso. Él quiere que yo siga en este camino y me va poniendo todo lo que necesito». El día 22 de octubre se acerca y Juan se muestra ilusionado y asustado porque «es mucha responsabilidad la que nos viene: mucha gente va a juzgar a la Iglesia por mis palabras y mis actos; aunque también tengo una gran tranquilidad porque el Señor me acompaña y va por delante de mí. Así que, aquí estoy, en sus manos, dispuesto a lo que necesite de mí».