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Visita pastoral a la parroquia de San Sebastián (Cañete La Real)

Publicado: 24/02/2013: 6234

Homilía pronunciada por el Obispo de Málaga, D. Jesús Catalá, en la Visita pastoral a la parroquia de San Sebastián de Cañete La Real el 24 de febrero de 2013.

VISITA PASTORAL

A LA PARROQUIA DE SAN SEBASTIÁN

(Cañete la Real, 24 febrero 2013)

 

Lecturas: Gn 15, 5-12.17-18; Sal 26, 1.7-9.13-14; Flp 3, 17 − 4,1; Lc 9, 28b-36. (Domingo segundo de Cuaresma-Ciclo C)

 

1.- En esta celebración tenemos muchos motivos para dar gracias a Dios. Como se nos ha dicho en la monición de entrada el día de hoy, en toda la Diócesis y en todas las Diócesis del mundo, por lo menos en esta Diócesis he pedido a todos los sacerdotes que hagan la acción de gracias a Dios por el pontificado fecundo del papa Benedicto XVI.

Ha sido un regalo para la Iglesia la figura del papa Benedicto su enseñanza, su magisterio, su humildad, sus dotes, no solamente personales, sino como sucesor de Pedro.

Un servidor ha tenido el gozo y la alegría de poder conocerle, poder tratarle desde hace muchos años, antes de que llegara al papado y puedo atestiguar que es una persona exquisita, delicada, humilde; realmente como se definió al inicio del pontificado, un trabajador nato. Quizás la inteligencia más preclara de los teólogos del siglo pasado, del siglo XX. Una inteligencia privilegiada con una agudeza de pensamiento, con unas amplísimas y muy numerosas obras escritas.

Se están ahora editando lo que él ha ido publicando a lo largo de su vida, se ha publicado ya el primer tomo en español, el original es alemán, como podéis suponer. Y van a salir, igual unos diecisiete volúmenes de todo lo que Joseph Ratzinger, el papa Benedicto XVI, ha escrito como teólogo.

Por tanto, damos gracias a Dios por este papado. Él de forma libre, voluntaria y consciente por el bien de la Iglesia ha renunciado y a partir del día 28 de febrero entramos en Sede Vacante. A partir de marzo os ruego que pidamos para que el Espíritu Santo ilumine a los Cardenales que elegirán el próximo Papa. Damos, pues, gracias a Dios por este pontificado tan rico del papa Benedicto XVI.

2.- Otro motivo de acción de gracias a Dios: la Visita Pastoral del Obispo. He venido a estar con vosotros, no es la primera vez, son varias veces. Los de Cañete habéis tenido el privilegio de que el Obispo venga a celebrar en poco tiempo tres veces ya: en confirmaciones, en la celebración de la coronación de la Virgen de Caños Santos y ahora en la Visita Pastoral.

Pues es un motivo importante de acción de gracias la Visita Pastoral porque es un encuentro del Obispo con todos los fieles, un encuentro más cercano, más sencillo, hemos estado visitando enfermos en sus casas. Después de la misa podremos tener un encuentro en plan de diálogo, de conocernos, de responder a cuestiones que os puedan interesar y compartir entre todos.

Sobre todo, la Visita Pastoral es profundizar en la figura del Buen Pastor, Jesucristo. Porque el Buen Pastor que nos pastorea a todos es Él. Los sacerdotes y los obispos actuamos en nombre suyo, perdonamos en su nombre. ¡Os habéis confesado muchos antes de la Eucaristía! Bautizamos en su nombre, confirmamos en su nombre. Pero Él es el que nos bautiza, nos confirma, nos perdona los pecados, nos ofrece su cuerpo y su sangre.

Demos gracias a Dios de que tenemos ese Buen Pastor que nos lleva a fuentes tranquilas, nos da aguas frescas de manantiales, nos da pasto y alimento, y cuida de nosotros.

3.- El tercer motivo de acción de gracias es que un buen grupo de feligreses de la comunidad cristiana de Cañete la Real hoy recibirá la confirmación. Se une a ese grupo una persona impedida, que no podía venir, que también la he confirmado en su casa. También ella se une a esta confirmación, pedimos por ella y por su familia.

Esos son tres motivos especialísimos de acción de gracias al Señor.

Vamos a pedir para que a cada uno de vosotros el Espíritu os llene por dentro y os trasforme.

4.- El Evangelio de hoy de San Lucas nos habla de la transfiguración, que es lo mismo que la transformación. Si recordáis el Evangelio de la transfiguración en él aparecen varios personajes. A ver, ¿qué personas van con Jesús a un monte alto donde Él se transfigura? ¿Quién acompañaba a Jesús a ese monte alto? (Respuesta de un confirmando: los apóstoles Pedro, su hermano Andrés y Juan). Los tres Apóstoles más íntimos de Jesús, los amigos más cercanos, a quien Él amaba tanto. A todos quería, pero con estos tres había una relación especial. Y los seleccionó para ir con Él y al llegar al monte dice el Evangelio que Jesús se transfiguró, se transformó (cf. Lc 9, 28b-29).

¿En qué consistió esa transfiguración? Su rostro quedó iluminado. Un rostro normal no despide luz, pero un rostro iluminado y transfigurado despide luz, es como si fuera una lámpara, como si el rostro fuese un manantial de luz y de destello.

¿Qué más quedó transfigurado de Jesús además de su rostro? Quedaron también transfigurados sus vestidos, refulgentes -dice el texto- (cf. Lc 9, 29), iluminantes, relucían.

La Iglesia la ha instituido Jesucristo, Él es la cabeza y los demás, todos los bautizados, somos los miembros del cuerpo místico de Cristo. El cuerpo humano nos ayuda a entender lo que es la Iglesia. Cristo es la cabeza y los demás somos los dedos, los pies, las manos, el corazón, las orejas, los oídos; todos los fieles bautizados somos los miembros. Por tanto, formamos parte todos de la Iglesia.

Cuando se transfigura Jesús, fijaos que el Evangelio dice: «mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos brillaban de resplandor» (Lc 9, 29); el aspecto de su rostro quedó transfigurado, pero también sus vestidos. Quiero decir que nosotros también vamos a ser transfigurados o transformados con la luz del Espíritu Santo, con el amor de Dios.

5.- ¿Veis el Cirio Pascual? Esa luz, ¿a quién representa? ¡A Cristo Resucitado! Después los confirmandos encenderéis una vela del Cirio Pascual, de esa luz, indicando que queréis caminar y vivir a la luz de Cristo resucitado. Y esa luz ilumina nuestra vida. La fe del bautismo ilumina nuestra vida y el don del Espíritu que nos da la confirmación ilumina nuestra vida también. Vamos a caminar a la luz del Señor, vamos a ser transfigurados con el Señor, cambiados.

Si analizamos bien el término “transfigurar” tiene un sentido precioso. Jesucristo la cabeza es la figura, el modelo de hombre, el hombre perfecto, porque es Dios y hombre; los demás sólo somos hombres. Esa figura de Cristo nos fue como marcada, grabada a fuego en el alma, el día de nuestro bautismo. La figura de Cristo se nos regaló y se nos marcó para siempre en el bautismo.

Pero esa figura, ese rostro de Cristo, con nuestro pecado lo hemos emborronado. La figura la hemos desfigurado. No transparentamos el rostro de Jesús con nitidez por culpa de nuestro pecado y de nuestro egoísmo, que ensucia el alma y, por tanto, borra esa figura. Con el sacramento de la penitencia vuelve otra vez esa figura a quedar limpia. Como un paño manchado después de lavarlo queda limpio.

Y con la confirmación el Espíritu vuelve a marcar esa figura en cada uno de nosotros. Por tanto, hoy en el domingo en el que celebramos la transfiguración de Jesús vosotros seréis marcados por el Espíritu con la efigie, con la figura de Jesús. Esa figura y esa luz os transfigurarán, os harán ser una figura más hermosa, os hermoseará, os divinizará, porque la presencia de Cristo estará dentro de vosotros y podréis irradiar hacia fuera la luz de Cristo que estará en vuestro corazón.

6.- Vamos a pedir al Señor, en primer lugar, que limpie esa figura suya que tenemos dentro, que vuelva a estar nítida dentro de nosotros mismos. Y después, pedirle que seamos testigos suyos, que podamos transmitir a los demás la hermosa figura de Cristo a través de nuestra vida, a través de nuestro comportamiento, de nuestra forma de pensar, de nuestras actividades diarias, de actos de amor, de misericordia, de esperanza, de fe.

Estamos en el Año de la Fe y esa fe recibida en el bautismo el Señor quiere que la purifiquemos para que nos transforme, para que nos transfigure.

Queridos candidatos a recibir el sacramento de la confirmación, ¿queréis ser transfigurados por Cristo? (Respuestas de los confirmandos: ¡Sí!) ¿Queréis que os ilumine por dentro? (Respuestas de los confirmandos: ¡Sí!) ¿Y transmitir esa luz a lo demás? (Respuestas de los confirmandos: ¡Sí!)

Pues ahora, vamos a proseguir y a celebrar este sacramento de la confirmación. El Señor os quiere con un amor infinito. Él ha ido haciendo alianzas con la humanidad; y la última y definitiva fue con Jesucristo, que le correspondamos a ese amor.

Y le pedimos a la Virgen de Caños Santos que nos ayude a estar con Ella, de su mano, sin soltarle nunca la mano, siempre acompañada de Ella, que nos ayude a caminar como hijos de la luz transfigurados. Que así sea.

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