«Se trata de recomendaciones concretas y sencillas para las parroquias y los catequistas», afirma Llamas. «Es una llamada a la prudencia, pero sin que cunda el pánico, que no ayuda».

Estas indicaciones empiezan destacando la importancia de ver, primero, las posibilidades y necesidades de cada parroquia o realidad pastoral, así como de no acelerar el inicio. «Es mejor que dejemos un tiempo para ver cuál es la evolución de las medidas que se tomarán en los centros de enseñanza», explica. «Esperemos al menos hasta octubre»

En el transcurso de las catequesis, será esencial el distanciamiento físico, el uso continuo de la mascarilla, el lavado de manos y la desinfección y ventilación de los salones o el templo. El material necesario será de uso personal y no se distribuirán hojas sueltas. Se tratará asimismo de evitar al máximo las aglomeraciones en las zonas de acceso, ya que estas son situaciones especialmente proclives al contagio del virus, según los expertos.

En cuanto a la metodología, el delegado de Catequesis lanza una invitación a la creatividad pastoral, e invita a plantear formas más celebrativas, que «permitan a los niños conocer el centro de la fe, que es Cristo, sin encerrarse en una metodología “escolar” que pueda poner en peligro de contagio a niños, adultos, familias y catequistas». Para ello, puede utilizarse el año litúrgico y los materiales diocesanos, y la propia delegación ofrece una guía de catequesis kerigmático-mistagógico-litúrgica para orientar en este momento “especialmente difícil”.

Asimismo, la delegación ha contemplado la posibilidad de que, en algún momento, un pueblo, ciudad o la diócesis quedara confinada nuevamente. «Ofreceremos una serie de enlaces y materiales que puedan servirnos para mantener el contacto con las familias y apoyarlas en esta dura situación», explica Llamas. «No se trata de seguir una catequesis online que sirva para “cumplir expediente”, sino de ayudarnos a invitar al pueblo de Dios a rezar y hacernos presentes de todas las formas posibles para servir más y mejor a los que peor lo están pasando», añade el sacerdote.