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Una rebelión de solidaridad

Publicado: 17/09/2012: 853

En una sociedad donde tenemos de todo, nos falta caridad, pero caridad de la buena, no la del bolsillo (que esa también empieza a faltar), no, me refiero a la caridad cristiana, a dar un poco de cariño a un anciano que se encuentra solo o salir a dar una vuelta con alguien que se está reintegrando tras su vuelta de los infiernos.

Estamos en la "semana" del voluntariado... ¿semana? Me horrorizan los títulos: "días de…", "semana de…" o "mes de…" y menos con algo que se hace todos los días en cualquier rincón. Quizá la razón de que exista esta semana del cooperante se deba a que parte del voluntariado se viste de discreción para realizar su tarea y en ese pudor y sigilo está la eficacia de su realización, no olvidemos que suelen ser situaciones delicadas y como tales se han de tratar sin molestar ni ofender a quien se ayuda.

En fin, que tristemente hace falta que nos recuerden su trabajo para incentivar la asistencia y a la vez mostrarnos toda la labor que desarrollan, aún cuando el gesto de ofrecerse a contribuir es tan fácil como mirar a la puerta de al lado, a la ventana de enfrente o a la esquina de tu calle.

En una sociedad donde tenemos de todo, nos falta caridad, pero caridad de la buena, no la del bolsillo (que esa también empieza a faltar), no, me refiero a la caridad cristiana, a dar un poco de cariño a un anciano que se encuentra solo o salir a dar una vuelta con alguien que se está reintegrando tras su vuelta de los infiernos.

No voy a contaros en cantidades cuánto se reparte, cuanto se recibe, dónde y cómo. No. Eso ya vendrá, o lo leeréis estos días en la prensa local, hoy vengo a citarte, o a citarnos, a quedar en las calles, como una rebelión de solidaridad.

Sacudámonos la desidia, miremos alrededor, estamos empezando un nuevo "curso", es un momento fantástico para replantearse nuestro tiempo libre y comprometernos con algo diferente. No te pongas excusas, hay tiempo para casi todo, y digo casi porque estoy segura de que tú (como yo) para pasar un buen rato a la semana tienes ¿verdad? y si recortamos cinco minutillos de aquí, cinco minutillos de la cerveza con los amigos, o cinco minutillos de sentarse en el sofá…pues mira, ya tendrías quince minutos para ayudar a subir las bolsas a la vecina del tercero, sí, esa señora mayor que tiene pinta de gruñona….¿habrá que pensar en ir haciendo algo, no?
 

Autor: Raquel Espejo

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