La vida,el trabajo,o nuestro destino, nos brindan la posibilidad de conocer tratar o convivir con personas. En este caso doy gracias a Dios por darme la oportunidad de realizar estas tres acciones con una mujer a la que respeto y admiro. Su ser está envuelto en un aura pleno de sencillez y armonía que cautiva de forma inmediata. Una mirada transparente y unos labios siempre dispuestos para regalar una sonrisa, son características que consiguen envolverte en cuanto tienes la ocasión de compartir unos minutos a su lado. Su voz es una expresión del alma que agrada tanto hablada como cantada, con una dulzura que conquista todo tu ser en cuanto se oye. No sé si ella es como su voz o su voz como ella. Nunca sabría con que quedarme...

A lo largo del tiempo que he compartido en su cercanía, he descubierto un sin fin de virtudes de las que hay que aprender: tesón, profesionalidad, perfeccionismo y por encima de todo un muy buen hacer exquisito. En el escenario goza de un don innato para hacer vibrar al espectador no solo con su voz sino con la elegancia de su sola presencia. En la vida, su esfuerzo por hacer sentir bien a los que están a su alrededor no tiene parangón, por eso sigo sin saber si quedarme con ella o con su voz.

Quienes la oigan cantar comprenderán que su voz es como ella; dulce, penetrante, etérea, llena de alegría y vida que se complementa con su persona, o ¿es su voz es  la que se complementa de ella? En la vida siempre nos proponen una elección, pero ésta sería un verdadero dilema, por eso, permítanme que me quede con la voz de Pasión, pero déjenme que siga siempre llevando junto con mi persona la persona de Ana. Ella es su voz, y su voz es ella.