NoticiaEn los Medios La audiencia Publicado: 27/10/2020: 18090 EL ALFÉIZAR. SUR Artículo del delegado de Medios de Comunicación de la Diócesis de Málaga, Rafael J. Pérez Pallarés, en el Diario SUR. «Y les pido que, por favor, recen por mí. Y los que no rezan, porque no son creyentes, al menos, mándenme buena onda, que me hace falta». Con esas palabras finalizaba la lúcida y oportuna reflexión que el papa Francisco realizaba al presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, con motivo de la audiencia mantenida el pasado sábado. Aprovechando que Sánchez estaba en Italia, en la cumbre bilateral Italia-España, Francisco abrió un hueco en su agenda para recibirlo. Lo cierto es que la audiencia fue una preciosa lección sobre la labor política y el difícil ejercicio del discernimiento político. Además, se convirtió en un necesario encuentro entre dos líderes que, en principio, distan en algunos de sus planteamientos; recordemos que el gobierno español pretende impulsar leyes que impactan con la concepción cristiana de la vida. Entiendo que el Papa en el ejercicio de sus funciones, como buen pontífice, ha tendido puentes; de hecho, manifestó que le resultaba grato este primer encuentro y optó, inteligentemente, por una fórmula de audiencia diferente a la que nos tiene habituados. Por su parte, Sánchez ha calificado a Francisco de «figura inspiradora e incuestionable»; algo que, de entrada, es bueno aunque solo fuera por contraste a otros líderes que definen a Francisco como «ciudadano Bergoglio». El Papa dijo en la reunión que la política es un acto de amor que ennoblece y que muchas veces lleva al sacrificio por el bien de los demás. Por cierto, la estampa del encuentro fue significativa: un anciano sabio ofrecía su reflexión en un ambiente cordial. Francisco, que defendió que el político tiene la misión de hacer progresar el país, consolidar la nación y hacer crecer la patria, pidió expresamente que Sánchez transmitiera esa idea a los miembros del Parlamento español. El Papa no da puntada sin hilo; esta petición podría entenderse como un respaldo a la unidad de los españoles y un intento de poner orden en las pretensiones de algunos. Porque como él mismo alertó, las ideologías sectarizan, deconstruyen la patria.