Las XXII Jornadas Diocesanas de Liturgia llevan como título: «Liturgia, cumbre y fuente de la Evangelización (III). La dimensión evangelizadora y misionera de la liturgia». Según el delegado diocesano de Liturgia, Alejandro Pérez Verdugo, la temática de este tercer y último año de las Jornadas en clave misionera, está «en relación al Plan Pastoral de la Diócesis y porque hoy la evangelización tiene una clave de interpretación fundamental en la liturgia. La misión brota “de” y desemboca “en” la liturgia».

Tienen como destinatarios todos los laicos, religiosos, religiosas y sacerdotes que desean participar en ellas; aunque principalmente están pensadas para los laicos y, dada la temática de este año, hay una invitación expresa a todos los miembros de caritas y catequistas de nuestras parroquias. La recepción de participantes, el día 7, tuvo lugar de 16.30 horas a 17.30. Tras la misma, tuvo lugar la oración y las dos primeras ponencias: la del propio Delegado Alejandro Pérez, que habló sobre “La dimensión misionera de la Liturgia” (17.30 horas) y la de Ramón Navarro, delegado de Liturgia de la diócesis de Murcia, cuya ponencia llevó como título “Liturgia y caridad: del amor celebrado a la práctica de la caridad”.

En la mañana del sábado 8 de febrero, se expusieron otras dos conferencias: las de Miguel López, delegado diocesano de catequesis de la archidiócesis de Santiago de Compostela y Jesús Rodríguez, juez instructor del Tribunal de la Rota en Madrid. La primera llevó como título: “Liturgia y catequesis: de la celebración litúrgica a la catequesis mistagógica” y, la segunda, “De la celebración de la vida a la vida entregada”.

Para Alejandro Pérez, el objetivo de estas jornadas es «la formación litúrgica del laicado, incidiendo este año especialmente en la relación liturgia y vida. Completan la tarea formativa diocesana. Se trata de caer en la cuenta de que la liturgia nos lleva a la vida y la vida nos conduce a la liturgia. La formación litúrgica es muy importante para la vida de fe, la evangelización y la mejor y más consciente participación litúrgica en nuestras comunidades».