Alfonso Crespo: «Estará hablando cara a cara a Dios de los malagueños»
«Cuando transcribía la primera Carta de D. Antonio, todavía obispo de Cádiz, para sus nuevos diocesanos de Málaga, fijé en mi memoria una frase que siempre me ha acompañado: “ayudadme a hablaros a vosotros de Dios y a hablar a Dios de vosotros”.
En estos momentos en que ya dialoga con Dios cara a cara, seguro que D. Antonio le está hablando a Dios de los malagueños. D. Antonio ha sido un pastor entrañable, cercano y con un humor finísimo, trabajador incansable, con una aguda inteligencia y una teología conciliar muy bien estructurada: nos deja cartas y mensajes con hondo olor a novedad del Concilio.
Ha sabido construir una familia presbiteral y tratar nuestra diócesis como una gran familia. La suerte de haber sido estrecho colaborador suyo, me deja una hermosa herencia: un espejo en el que fijar mi sacerdocio. Ayer, con su mano entre las mías, la besé por última vez. Sus palabras últimas fueron: “¡Ven a verme!” Me comprometo D. Antonio: ¡Nos veremos, si Dios quiere! Tenemos mucho de qué hablar».
Alfonso Crespo Hidalgo fue Vicario General con D. Antonio Dorado