NoticiaJuventud COPE «Los jóvenes esperan mes a mes el Adoremus» Publicado: 06/11/2020: 8912 Este viernes se ha celebrado en la parroquia de la Amargura una nueva edición de la experiencia de Adoración Eucarística "Adoremus", organizada por la Delegación Diocesana de Infancia y Juventud. Francisco Ruiz Guillot es su delegado y ha participado en El Espejo de COPE Málaga. Para ellos es muy bueno y muy gratificante el poder pararse una vez cada cierto tiempo estar delante del Señor después de todos los ajetreos que llevan Escucha aquí parte de la entrevista emitida Ruiz Guillot ha explicado que el Adoremus «es una experiencia para jóvenes que quieren ponerse una vez al mes, una tarde, delante del Señor. Cada mes se convoca a los jóvenes de la diócesis para tener un rato de encuentro con Aquel que es el pilar fundamental de sus vidas, con Jesús presente en la Eucaristía. Cada mes, el Adoremus lo prepara una realidad diocesana, movimiento, asociación o una parroquia y consiste en un rato de adoración y de encuentro». ¿Quiénes pueden participar? «pueden participar todos –ha afirmado–. Gracias a Dios, las puertas, siempre están abiertas. Ahora que tenemos limitaciones de los aforos, hay que decir que la parroquia de la Amargura cuenta con un aforo de 240 personas, es decir que cabe una gran representación, no solamente de jóvenes, sino también de algunas personas que están trabajando en la pastoral juvenil o simplemente que se quieren acercar para estar un rato con el Señor. Estamos invitados todos, pero los principales destinatarios son siempre los jóvenes. Es una actividad que es de ellos y para ellos». Participar en un Adoremus es, para el delegado, una experiencia muy positiva para los jóvenes: «Ese momento importante lo esperan mes tras mes para encontrarse con jóvenes también de otras parroquias, de otras realidades; tanto que suscita en ellos la necesidad de llevarlo a sus parroquias y ya hay parroquias que lo celebran también una vez al mes o cada 15 días. Para ellos es muy bueno y muy gratificante el poder pararse una vez cada cierto tiempo estar delante del Señor después de todos los ajetreos que llevan con los estudios, los trabajos o algunos que ya han empezado la vida familiar, con el ajetreo de los hijos».