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Virginia Alfaro: «Jesús nace niño y pobre en cada gesto de amor»

Virginia Alfaro junto a un grupo de niños de su misión en Lobito (Angola)
Publicado: 23/12/2019: 21465

Virginia Alfaro (Fuengirola, 1968) es la primogénita «de la mejor familia del mundo». En 1990 fue enviada por primera vez a Honduras, país que dejó en 2007 «con infinito agradecimiento a esta maravillosa etapa», para ser enviada a Mozambique. En 2016 llegó a Lobito (Angola), donde sigue a día de hoy viviendo su vocación laical y misionera como Misionera Seglar Vicenciana (misevi.es)

¿Cómo se vive la Navidad en Lobito? ¿Cuáles son sus costumbres?

Navidad es verano, es tiempo de calor y de lluvias. Este año, mucho calor y mucha lluvia. Son los días mas largos del año, amanece muy temprano y el sol nos dura muchas horas… Tiempo de mucha luz. Lobito es una ciudad que ha crecido, desde el tiempo de la guerra, con personas y familias venidas de las regiones vecinas. Continúa siendo lugar de llegada de jóvenes del interior, por eso diciembre es tiempo también de viajar al lugar de origen de la familia, de reencuentro, de celebraciones y ceremonias familiares que esperaban la reunión de todos… Es tiempo de vacaciones escolares, tiempo de descanso, de hacer nuevos planes para el próximo año. El tiempo de Navidad es también momento de solidaridad; los grupos, las empresas, las familias, se organizan para compartir con los mas necesitados.

Para la mayoría cristiana, el día de Navidad comienza temprano con la Misa. Una celebración alegre, sin prisas, con muchos cantos, con procesion, danzas y ofertorio… compartida y celebrada como merece la ocasión. La Navidad tiene que ver con dulces, pastel, bizcochos, galletas... Y la quisangua, una bebida típica a base de maíz, que es imprescindible en toda celebración. La víspera es día de cocinar, de preparar lo que se va a comer el día de Navidad en familia y compartirlo con quien nos visita.

¿Cómo celebran ustedes la Nochebuena?

En Lobito, la Nochebuena es solo la víspera de Navidad. No hay costumbre de celebrar o preparar nada especial. El día de fiesta es el día de Navidad. Nosotros celebramos la Eucaristia con la comunidad parroquial y luego en casa cenamos como cada día añadiéndole alguna cosilla especial. Intentamos hablar con nuestras familias y nos prepamos para la fiesta del día de Navidad.
No hay Santa Claus, ni Papá Noel, ni San Nicolás, no pasan por aquí…

Los Reyes Magos en Angola... ¿Existen? ¿Qué llevan?
Los Reyes Magos existen en todo lugar y todo el año. Y por tanto en Angola también están presentes. Aunque no es parte de la cultura, ni de las tradiciones locales. No hay cabalgatas, no hay regalos, no hay cartas de pedidos… Sin embargo, ellos existen, claro, estan presentes en la medida en que somos conscientes de la universalidad de nuestra fe, que aceptamos el desafío de salir para adorar al pequeño, al pobre, al insignificante…
Los Reyes Magos nos traen a todos y tambien a los angolanos, la alegría del que se sabe acompañado en el camino de buscar al Salvador, de querer adorlarlo y querer ofrecerle lo mejor de nosotros mismos. El desafío, la invitación es acompañar cada día este ejercicio misionero y de compartir fraterno.

¿Cómo cambia una Navidad como la que vivimos aquí llena de excesos y consumo, a una navidad entre los pobres?
Cambia todo o casi todo. Quizás porque los elementos añadidos por el consumo acaban por empañar el centro de la celebración. Se ha creado un producto de mercado que va en un paquete de consumo completo y realmente es muy difícil y casi imposible no entrar en ese juego. Yo me pregunto, cuando nos deseamos “Feliz Navidad” en estos días, ¿Realmente qué nos estamos deseando? ¿Qué queremos para nuestras vidas y para las vidas de nuestros seres queridos? ¿Qué sentido tiene para nosotros decir “Feliz Navidad”?
En sociedades menos consumistas, como la angolana, es más fácil no perderse, la celebracion navideña sigue siendo el centro, sin toda la "luz y felicidad" prometida por el consumismo.
Toda fiesta se celebra, claro, no puede faltar la comida más elaborada, dulces, bebidas... Y como es fiesta, se comparte, se reúne la familia, se visitan los amigos o familiares. Sin embargo y aunque es fiesta y toda fiesta tiene su preparación, no hay para excesos. No son clientes de un mercado como lo podemos ser en nuestra sociedad.

Dios se hace niño y pobre. ¿Ve nacer a Jesús allí?
Dios nace cada día en muchas realidades, aquí en Angola y también desde donde estáis leyendo. Dios nace niño y pobre y su nacimiento se encarna en cada realidad de exclusión, de sufrimiento, de pobreza, de injusticia. Pero también nace pequeño y pobre en cada gesto que transforma la realidad, que la dignifica, que la inunda de amor. Veo a Jesús nacer en esas dos realidades, la del sufrimiento y también la de quienes con pequeños gestos o grandes esfuerzos cada día aportan para transformar esas realidades.
Y a esto, a transformar el sufrimiento y a aportar vida, estamos todos llamados. Es la esencia de nuestro ser. Ahí descubrimos al “Menino Jesus” naciendo cada dia.

Los niños traen un mensaje de esperanza. Aquí en Europa ya no nacen. ¿Cómo se vive allí el nacimiento de un hijo?
El sentido de la vida, la busqueda de la realización personal, tienen parámetros diferentes a los que se viven en Europa.  El éxito que tanto buscamos, la felicidad que tanto deseamos y que en Europa se mide en términos de prosperidad económica, de reconocimiento profesional o de imagen física, no tiene tanto peso en la cultura angolana comparado con la riqueza que son los hijos. El concepto de familia también es muy diferente, mucho más amplio; los hijos de mi hermana, son también mis hijos, se comparte la riqueza.
Con ojos europeos, podemos llegar a sentir compasión por una madre soltera con cinco o más hijos, ante el esfuerzo diário para sacar a su familia adelante frente a tantas adversidades. Esta señora, desde su mirada, siente lo mismo por mí, por el hecho de no tener hijos, soy una pobre mujer, sin la riqueza que ella tiene. Un hijo es una riqueza, muchos hijos son una gran riqueza.

¿Algún mensaje para sus paisanos de Fuengirola?
Desde Lobito les deseo una muy feliz navidad, llena de vida para todos

Antonio Moreno Ruiz

Periodista y portavoz de la diócesis de Málaga

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