NoticiaEntrevistas Gregorio Piñero: «Soy un hombre de Ciencias y he quedado fascinado con los estudios de Teología» Publicado: 25/03/2022: 8859 Entrevista Gregorio Piñero Sáenz (Cádiz, 1944), alumno del Instituto Superior de Ciencias Religiosas San Pablo, es el licenciado número 52 de dicho Centro Teológico Diocesano. Tras la defensa de su tesina, titulada “La controversia petrina en la teología ortodoxa y católica a partir del Concilio Vaticano II” y dirigida por el sacerdote Rafael Vázquez, anima a los laicos a embarcarse en esta aventura formativa. ¿Qué supone para usted concluir la Licenciatura en Ciencias Religiosas? Sin duda, una cierta pena porque he de confesar que, soy un hombre de Ciencias y me han fascinado los estudios realizados, no sólo por la novedad de los temas y las asignaturas sino también por el descubrimiento, siempre lento pero constante, del amor y de la misericordia de Dios con el hombre a través del estudio del Antiguo Testamento y la culminación de todo ese amor en el Nuevo testamento con la encarnación, muerte y resurrección de Jesucristo. Por otro lado, y a través, sobre todo, de la Historia de la Iglesia y la Eclesiología, he visto toda la labor ingente de la Iglesia para llevar este mensaje de liberación, física y espiritual, del hombre con la creación de hospitales, escuelas y universidades, centros de acogida, etc y el ingente esfuerzo de llevar permanentemente el mensaje de Jesús a todo el mundo conocido. Todo esto lógicamente con sus errores y aciertos propios de algo realizado por el hombre. ¿Cómo se animó a comenzar los estudios de Ciencias Religiosas? Hace 13 años, recién jubilado, una tarde de septiembre estaba paseando con mi mujer por calle Santa María y me detuve, por casualidad, en la puerta abierta del edificio de un antiguo palacio en el que se vislumbraba un hermoso patio desde un pequeño pasillo. En el pasillo había un tablón en el que se anunciaban asignaturas, calendario y horarios de unos estudios que resultaron ser de Ciencias Religiosas. Pedí la información pertinente y, al día siguiente, me matriculé de unas cuantas asignaturas del primer curso. ¿Ha cambiado y madurado su vida y su fe con estos estudios? Mi fe por aquella época era un poco vacilante, por decirlo benévolamente. Mi acercamiento a Dios y a su mensaje de amor al hombre con todas sus debilidades fue lento pero constante, sin vacilaciones, potenciando mi fe y mi compromiso con la Iglesia; en paralelo con este inicio novedoso de estudios, me ofrecieron colaborar durante escasos nueve meses un programa de radio en los Medios de Comunicación de la diócesis, donde tratábamos de reflejar aspectos varios de la labor social de la Iglesia diocesana a través de entrevistas. ¿Recomienda a los laicos que se embarquen en esta formación que les ofrece la diócesis de Málaga? Creo, después de lo expuesto, que la respuesta es obvia. Recomiendo calurosamente iniciar estos estudios sin la preocupación de acabar, cogiendo las asignaturas que buenamente se puedan sacar adelante de acuerdo con las obligaciones y capacidades de cada uno. Recomiendo, una vez comenzado, no desanimarse porque hay momentos, como todo en la vida, que parece que se nos pone muy cuesta arriba. Yo he terminado con casi 78 años, me faltaba un poco más de un mes para cumplirlos y no he perdido la ilusión. Y ahora, una vez terminado los estudios, ¿qué nueva aventura formativa se plantea? En primer lugar, tengo un compromiso con una tertulia de amigos, (con el parón del Covid llevamos casi dos años sin reunirnos), para dar una charla sobre la “Repoblación de Granada, particularmente de Málaga”, porque si algo me apasiona es la Historia de la España medieval. Seguiré, por supuesto, con mi compromiso de formar a los agentes de la “Pastoral de la Salud” como miembro de la “permanente”. En el tema teológico, seguiré al tanto de los noticias y avances documentales en el diálogo ecuménico entre las Iglesias católica y ortodoxa. Ayudaré un poco más en mis compromisos con los quehaceres propios de casa, quiero además comenzar a estudiar, sin ningún tipo de compromiso, el diálogo ecuménico entre las Iglesias católica y luterana, me ayudará a profundizar un poco en la Iglesia primitiva, tema muy enriquecedor por cierto, y seguiré abierto a cualquier colaboración que la Iglesia diocesana me pida, si lo cree conveniente.