NoticiaSemana Santa Eugenia Acedo: «¡Claro que hay Semana Santa!» Publicado: 22/03/2021: 18288 Eugenia María Acedo Tapia (Antequera, 1981) ha estudiado en la Escuela Teológica San Manuel González, es cofrade de Arriba, madre de 3 hijos (uno en camino), y doctora en Filología Hispánica, profesora titular de Didáctica de la Lengua y la Literatura en el Centro Universitario de Antequera María Inmaculada. Hermana del Rocío, Santa Eufemia y secretaria de la Sacramental de San Salvador y Archicofradía del Socorro Antequera. Fue pregonera en 2019 de la Semana Santa en dicha ciudad. ¿Cómo recuerda la Semana Santa de 2019, que pregonó y que ha resultado ser la última que hemos vivido hasta ahora con procesiones en la calle? La recuerdo con mucha ilusión y cariño. Fue muy especial. Después de casi un año meditando sobre cada una de las cofradías, de los pasos, de lo que representa para el cristiano cada una de las imágenes que procesionan por las calles de Antequera, verlas te supone un sentir más profundo. Escribir el pregón te hace meditar tan de cerca con cada imagen que, cuando la ves en la calle, ya no te fijas tanto en lo superficial de la decoración, de las velas y las flores, sino que te lleva al año 33 y a sentirte más cerca de ese Jesús de Nazaret que tanto sufrió por nosotros y de esa Madre que lloraba desconsolada tras su hijo, y te hace preguntarte qué te quiere decir hoy ese Jesús que vuelve a salir a la calle para rememorar aquel momento. Fue una Semana Santa muy disfrutada, porque todo el mundo se acerca a felicitarte, las cofradías te muestran un cariño muy sentido y te hacen sentir más orgullosa, si cabe, de ser cristiana, cofrade y antequerana. ¿Qué siente una cristiana como tú un Domingo de Ramos? Como cristiana, siento una gran alegría por celebrar un año más el mayor regalo que Dios nos ha dado: la salvación eterna a través de su Hijo.Como cofrade, siento ese gusanillo, esos nervios propios de que comienza nuestra Semana Mayor, ese querer que todo salga bien, que Dios quiera que no llueva y puedan procesionar todas las cofradías, que no haya incidentes (sobre todo, en nuestro “correr la Vega”), y que sea una semana magnífica, en donde poder volver a reencontrarte con esos hermanos cofrades que vuelven a casa para participar en los desfiles. En definitiva, es un sentimiento que solo el cofrade puede entender, es una semana de verdadera hermandad, en donde el abrazo entre los hermanos que se encuentran viendo a su Cristo, a su Virgen, es muestra del verdadero Amor que quiere Dios para entre los hombres. ¿Y en ausencia de procesiones? Con alegría y tristeza. Claro que hay Semana Santa. La Semana Santa no está solo en las procesiones por la calle. Hay otras maneras de celebrar la Pasión y, sobre todo, la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, que es lo que verdaderamente conmemoramos en esta Semana. Muchas veces, los cofrades con tanto preparativo dejamos un poco de lado los oficios, ¡qué buen momento para vivirlos más profundamente! No puedo negar, de todas formas, la profunda tristeza que me embarga, como a todo cofrade, por no poder ver a mi Cruz de Jerusalén, a mi Padre Jesús Nazareno y a mi Madre del Socorro por las calles de Antequera, ni poder disfrutar del resto de desfiles procesionales de mi ciudad, dándonos una verdadera catequesis que nos empapa para todo un año. ¿Con qué ilusión encara esta Semana Santa? Con la misma ilusión que cada año, aunque un poco recortada por la situación que estamos viviendo. Hay tantas familias sufriendo, tantas familias que han perdido a seres queridos y de los que apenas se han podido despedir, ni siquiera consolar a los que se quedan aquí, tantos abrazos y besos perdidos. Jesucristo no pudo darle un beso a su madre antes de morir y María no pudo ni siquiera acercarse cuando veía a su Hijo sufriendo. En este año que llevamos, quizá hemos podido entender un poco más ese sentimiento de la Virgen. Hemos visto a familiares que se iban en la mayor soledad, a amigos que perdían a un ser querido y no podíamos ni acercarnos a darle un abrazo. Corren tiempos duros, de los que seguro saldremos fortalecidos, porque la Resurrección siempre llegará. Porque tenemos fe y creemos en Dios, confiamos en Él, que “de todo nos sacará en paz”, como decía la Beata Madre Carmen del Niño Jesús. ¿Qué invitas a hacer a los lectores para no dejar pasar este tiempo? Muchos lectores seguro que reciben cada día el evangelio en algún grupo de whatsapp y quizá lo saltan sin mirarlo. Quizá esta Semana tan inusual nos permita meditar más sobre el evangelio de cada día. Yo invitaría a acercarse al mismo, a meditarlo y a realmente plantearse qué me pide Dios hoy, qué me dice ese evangelio, qué me dice mi Cristo y mi Virgen cuando van por la calle y cuando este año solo pueda verlos en su capilla. Por otro lado, creo que es un buen momento para participar más de cerca en los oficios. Quizá la pandemia no nos permita hacerlo presencialmente en la iglesia, pero los medios de comunicación actuales nos los acercarán seguro. Y quien pueda, qué mejor que hacerlo en la iglesia. La Archicofradía del Socorro, de la que soy secretaria, celebrará los oficios del Viernes Santo en nuestra sede, la Iglesia de Santa María de Jesús, a la misma hora que estaba prevista nuestra salida procesional. Seguro que es un momento de mucha emoción. Nunca hemos podido celebrar los oficios del Viernes Santo en hermandad, puesto que estábamos ya preparándonos para la salida, y seguro que este año los viviremos muy intensamente, acordándonos de los que no pueden venir porque la movilidad está restringida y de aquellos que nos han dejado en este año de tanto dolor. Por último, quisiera invitar a hacer un gesto, al que nos invitó nuestro director espiritual, el Rvdo. Don Tomás Pérez Juncosa, en el triduo de nuestra Archicofradía, y que me pareció precioso: Aprovechemos estos días para llamar a ese hermano cofrade que hace tiempo que no vemos, a ese hermano con el que hemos tenido menos roce este año o que sabemos que no podrá venir a ver a su cofradía, preocupémonos por él y dediquémosle unos minutos. Esta es la verdadera hermandad de una cofradía. ¿Qué ha demostrado la religiosidad popular en este tiempo? Hay muchos católicos que critican la religiosidad popular, mucha gente que piensa que no fomenta la verdadera fe, sino solo un deseo de protagonismo. Hay gente que piensa que los cofrades somos “cristianos de chaqué y mantilla”, que solo nos acercamos a la iglesia para sacar los tronos a la calle y figurar en las procesiones. Yo siempre he pensado que, aunque en algunos o en todos nos falte una verdadera fe, en todos los cofrades que se mueven en torno a una hermandad, a una imagen, algo queda. No seremos perfectos, no cumpliremos los mandamientos de Dios a la perfección, pero yo creo que en momentos tan duros como los que hemos vivido durante este año, más de uno (aun sin ir a misa o no rezar todos los días) se habrán acordado de esa imagen a la que le tienen devoción y/o en la que participan en su desfile procesional. Y la fe parte de ahí. Para mí, ese mínimo paso puede transformar la vida de una persona y acercarla más a la Verdad. Todos aspiramos a ser Santos, pero, por desgracia, no todos lo logramos. En nuestra Andalucía, existe el dicho de “soy ateo, gracias a Dios” y a ese “gracias a Dios” yo me aferro. Aunque el acercamiento a la Iglesia se produzca solo un día al año, hay un acercamiento y, mientras exista, hay esperanza, fe y caridad.