Durante estas dos décadas, precedidas por otros 30 años de colaboración de curas malagueños con otros servicios en Venezuela, se han ido creando estrechos lazos de unión entre cristianos de aquellas y de estas tierras. En las próximas líneas vamos a acercarnos a la labor que realizan allí nuestros misioneros y vamos a tratar de conocer a algunos de estos hermanos nuestros.

Hoy, domingo in albis, celebramos con ellos la alegría de compartir un mismo bautismo, una misma fe.

El trabajo de los misioneros en Caicara es inmenso y, muchas veces, desconocido. Le hemos pedido a Manuel Lozano que nos dé una página de su diario en la que se describa lo más minuciosamente posible cómo se desarrolla una jornada normal en la misión. Como no tenemos espacio suficiente, hemos tenido que resumirlo.

Pero pueden ustedes leer íntegramente éste y otros testimonios de nuestros misioneros en la web de la diócesis http://www.diocesismalaga.es/blog.

Aquí en la Misión cada día es nuevo y distinto, se realizan actividades diversas que varían mucho un día de otro. Nuestra vida misionera, aunque está organizada, no es una vida reglada con exactitud, como lo está por ejemplo un monasterio, ni tiene horario fijo, como una empresa o un colegio. Es más, no siempre estamos en el mismo lugar, la pastoral es muy diversa, el territorio que atendemos inmensamente grande, como seis veces la provincia de Málaga. A esto, hay que añadir que las circunstancias y demandas son múltiples y variadas, de ahí que no sea fácil hacer un resumen de lo que hacemos habitualmente en un día cualquiera. Por eso, voy a contar, no tanto cómo es un día en la Misión de Caicara, sino qué he hecho en este día, concretamente el miércoles, 5 de Abril, cuando la Revista Diócesis nos pidió esta colaboración.

6,15 a.m. Después de una noche bastante calurosa, atmósfera parecida a lo que en Málaga es el terral, (...) me levanté.

7,00 a.m. Me dirijo al templo para la oración de la mañana

8,00 a.m. Preparamos entre todos el desayuno, (para no perder nuestras raíces, procuramos que no falte el aceite de oliva).

9,00 a.m. Me dirigí al Centro Apep, unos 3 km. desde la casa parroquial. Este es un centro de formación de la Iglesia, que tiene como finalidad enseñar oficios a los jóvenes.

10,00 a.m. Me dirijo a los barrios Rómulo Gallegos y Nueva Jerusalén, para supervisar la marcha de las Escuelitas Cáritas.

11,00 a.m. Me fui con el “carro” a comprar la comida, como hace - mos dos o tres veces en el transcurso de la semana.

12,00 m.Esta es la hora del almuerzo.

01,00 p.m. Después del almuerzo llevé a la Sra. Sibilina (la cocine - ra) a su casa, pues hay varios kilómetros de distancia. Al regresar, me puse a descansar en el sofá mientras veía algunas noticias en TV.

02,00 p.m. Empecé a preparar un tema que tenía que dar a los jóvenes del Centro de Ntra. Sra. de Coromoto, y un Via-crucis.

03,30 p.m. A esta hora me dirigí al barrio de La Corobita, 4 km. de distancia, para celebrar unas exequias,

04,15 p.m. Al regresar a la casa parroquial, me encontré con el P. Gonzalo, quien acababa de regresar a Caicara.

05,00 p.m. En seguida me fui para el Barrio Rómulo Gallego, donde a esta hora comenzábamos un Vía-crucis por las calles.

07,30 p.m. La procesión terminó en el Templo de Ntra. Sra. de Coromoto, donde presidí la Santa Misa.

09,00 p.m. Llegué a la casa parroquial, me preparé la cena. Estuve viendo las noticias y entré en Internet para ver el correo.

11,00 p.m. Después de revisar si estaban cerradas todas las puertas de la casa y del garaje, me fui a mi pieza, le di las Buenas noches a Papá Dios, y hasta otro día si Dios quiere.