NoticiaOración Juan Manuel Ortiz Palomo: «Rezar por rostros concretos me ayuda mucho a centrar mi oración» Publicado: 14/01/2022: 8344 Así reza Hace 4 meses que Juan Manuel Ortiz Palomo (Antequera, 1972) subió al Seminario de Málaga como rector. Un nuevo servicio que aceptó después de ponerlo en manos de Dios, en la oración, que lleva presente en su vida desde pequeño, de la mano de su madre. «Una riqueza del Seminario es la adoración al Santísimo del jueves sacerdotal» Sus primeros recuerdos de inicio en la oración son en casa, «de la mano de mi madre. Algo que recuerdo con mucha sencillez y naturalidad. Una oración que iba unida al cariño hacia las imágenes más cercanas de mi pueblo, Antequera, a través de la devoción popular». Así fueron sus inicios, que han evolucionado a lo largo de su vida, en la actualidad, par Juan Manuel, la oración es «el aliento del día a día, el momento de tranquilidad con el Amigo al que tanto quieres y al que tanto le debes. Es el momento para escuchar Su voz y también la mejor ocasión para hablarle de la vida, de los gozos y los sufrimientos de los hermanos, de la realidad donde estos viven». «Ponlo en manos de Dios» «Ponlo en manos de Dios» es uno de los consejos que más sale de sus labios y es que el rector se agarra con fuerza a la oración ante las dificultades, pero también «en aquellos momentos en los que el Señor parecía que estaba pidiéndome alguna cosa que yo no terminaba de ver. Ser capaz de ponerlo en Sus manos y ver que no era algo que se me había ocurrido a mí, sino que Él estaría detrás de esa tarea que me estaba pidiendo, es lo que me daba tranquilidad para afrontarlo. En más de una ocasión, he recomendado a alguna persona que me pedía consejo ante una decisión difícil: ponlo en manos de Dios, busca su voluntad. Y eso es lo que humildemente yo trato de hacer». Y, ¿cómo reza el rector del Seminario? «La mayoría de los días, con mi comunidad, que ahora es la del Seminario. Con la liturgia de las Horas y el gran regalo que tenemos los cristianos, la Palabra de Dios, a través de la Lectio Divina, que tanto me ayuda», explica Juan Manuel, y añade que también «tratando siempre de tener presente a todos los hermanos: a los jóvenes que hoy están en el Seminario y a los que se están planteando su vocación; a aquellos que te piden que reces por ellos; a quienes sabes que están en dificultades; a quienes rezan por el Seminario y las vocaciones; por la familia y los amigos; y, cómo no, por las comunidades a las que he tenido la suerte de servir como sacerdote. Rezar por rostros concretos me ayuda mucho a centrar mi oración». Y a los seminaristas, cuyo cuidado le ha encomendado el Sr. Obispo, les habla de la oración «con cariño, intentando hacerles caer en la cuenta de que además de pedir, como hacemos más frecuentemente, el agradecimiento y el perdón han de estar presentes en el trato frecuente y cariñoso con el Señor que debemos tener los sacerdotes. Y también cuidando mucho una de las riquezas que tenemos en nuestra diócesis y que tiene precisamente el Seminario como centro: la adoración al Santísimo del jueves sacerdotal con la oración por las vocaciones». Oración de abandono Le cuesta decidirse por una oración pues «por suerte, según vamos “acumulando” juventud, esta lista se va haciendo un poco más extensa y en cada momento de la vida va apareciendo alguna que ayuda e ilumina ese momento concreto. Por quedarme con una, tomo la oración del abandono del próximo santo Carlos de Foucauld, una actitud que cada vez necesito más en mi vida, que no sea yo sino Él quien esté en mi actuación» Padre mío, me abandono a Ti. Haz de mí lo que quieras. Lo que hagas de mí te lo agradezco, estoy dispuesto a todo, lo acepto todo. Con tal que Tu voluntad se haga en mí y en todas tus criaturas, no deseo nada más, Dios mío. Pongo mi vida en Tus manos. Te la doy, Dios mío, con todo el amor de mi corazón, porque te amo, y porque para mí amarte es darme, entregarme en Tus manos sin medida, con infinita confianza, porque Tu eres mi Padre.