Desde Cáritas Diocesana nos remiten la siguiente crónica:

El desayuno de hoy en el Hogar Pozo dulce, para personas sin hogar, era como el de todos los días. Rápido, a las 9, para salir a “buscarse la vida” en la calle. Pero hoy no era como todos los días. Antes del café, Patricio Fuentes, secretario general de Cáritas daba la noticia: Sor Concepción, la persona que ha dirigido el Hogar durante los 15 años que permanece abierto, ha decidido, por razones de salud, dejar la dirección. En su lugar Francisco Jiménez, que trabajó en el Hogar hace 10 años, recién llegado de misiones en Mozambique, era nombrado por la Comisión Permanente de Cáritas nuevo director de Pozo Dulce.

A partir de ahí, sentimientos encontrados: la tristeza por la marcha en la dirección de Sor Concepción, que había sido y es alma del Hogar, persona que sale al encuentro de las personas sin hogar, que respeta su ritmo, que sabe ponerse en la piel de los más pobres y desde ahí, con infinito amor, anima, empuja, acompaña hacia la integración social, hacia la vida que probablemente Dios soñó para ellos. Una de las personas lo contaba así: «Sor Concepción venía a verme todos los días a la calle, con Manoli, una voluntaria. Me decía que debía dejar de beber, que tenía en Pozo Dulce mi casa… Yo no quería, creía que no quería, hasta que aparecí por aquí, me acogió y me ha ayudado a dejar el alcohol y a encontrar una nueva vida». A Fran también lo conocen bien, y le decían que la antorcha que Sor Concepción había conseguido encender en el corazón de todas las personas sin Hogar, era él, ahora, quien debía mantenerla encendida, y que le iban a ayudar a conseguirlo.

Poco después, a los trabajadores y voluntarios del Hogar, Gabriel Leal, vicario para la Acción Caritativa y Social de la diócesis, les comunicó la noticia y cómo se había producido, cómo Cáritas se había resistido a que Sor Concepción dejara la dirección, pero también la comprensión por una salud delicada, desgastada junto a los más pobres en tantísimos años en nuestra diócesis y la necesidad que tiene de restablecerse, de llevar una vida algo más tranquila.

Así que en Pozo Dulce hay hoy una nueva dirección, Francisco Jiménez, que lo hará extraordinariamente bien, siguiendo la estela y manteniendo encendida la antorcha que supo encender Sor Concepción en el corazón de cada persona sin hogar.

Y Sor Concepción, que seguirá mirando con tanto cariño el Hogar, seguirá rezando porque todo vaya bien, y seguirá pendiente, con la misma humildad de siempre, del camino de todos lo que se fue encontrando en su vida.