DiócesisHomilías Misa del Alba de la Cofradía del Cautivo (Parroquia San Pablo-Málaga) Misa del Alba 2023 de la Cofradía del Cautivo Publicado: 01/04/2023: 5589 Homilía del Sr. Obispo de Málaga en la Misa del Alba de la Cofradía del Cautivo celebrada en la parroquia de San Pablo de Málaga el sábado 1 de abril de 2023 MISA DEL ALBA DE LA COFRADÍA DEL CAUTIVO (Parroquia San Pablo-Málaga, 1 abril 2023) Lecturas: Ez 37, 21-28; Sal: Jr 31, 10-13; Jn 11, 45-57. Cristo, centro de la humanidad 1.- La comunidad cofrade de Málaga y los devotos del Cautivo acuden hoy a la cita anual con su Maestro y Señor. El traslado de su imagen nos convoca en esta “Misa del Alba” para rendir adoración a nuestro Dios. Cristo es el centro del cosmos y de la humanidad; su presencia llena el espacio y el tiempo. El profeta Ezequiel anunció que Dios recogería a los hijos de Israel dispersos de entre las naciones y los congregaría de todas partes para conducirlos a su tierra (cf. Ez 37, 21; Jn 11, 52), haciendo de ellos una sola nación, bajo un solo rey (cf. Ez 37, 22). El Señor Jesús Cautivo, cuya imagen contemplamos, es el único rey de toda la humanidad (cf. Ez 37, 24), que someterá a todas las naciones al final de los tiempos. Todos los hombres caminarán bajo la guía de este único pastor; todos cumplirán sus preceptos. Es mejor aceptarlo libremente y a buenas que por imposición, porque Él vencerá y el bien triunfará sobre el mal, la vida triunfará sobre la muerte; y el sufrimiento, el mal y la muerte serán aniquilados. Ésta es la promesa que nos ha hecho el Cautivo y que se hace realidad en Él. 2.- Las potencias que bendeciremos al final de la Eucaristía, que adornan la cabeza de la imagen del Cautivo, son expresión de su realeza, de su fuerza redentora y de su potencia salvadora. Las potencias son tres rayos de luz, que recuerdan su triunfo sobre la muerte, el dolor y el mal. Ha sido un proyecto encabezado por el grupo de hombres de trono de Jesús Cautivo “Por tus pasos, Cautivo” y por numerosos devotos, que nació en el verano del 2019 con el objetivo de culminar la renovación del patrimonio artístico y musical de la Cofradía. Durante estos años este grupo de hermanos ha ido donando diversas piezas como las marchas procesionales “Historias de Judea”, “El Ecce Dominus”, “Promesa” y “Ven y Sígueme”; además de nuevas incorporaciones para el ajuar del Señor, como una nueva túnica y el cíngulo de procesión, conjunto que se completa con la donación de las potencias. Agradecemos a todos ellos su colaboración y generosidad, que redunda en la mejora de la imagen del Cautivo. Pero todos estos signos deben ser expresión de amor y de agradecimiento a Cristo, que ha entregado su vida a la muerte en cruz por nosotros y por la salvación de la humanidad. 3.- Con el nacimiento de Jesucristo, hace más de dos mil años, cambió el cómputo de la historia, aunque se impusiera de modo paulatino. Los filósofos antiguos decían que el tiempo avanzaba por ciclos que se repiten; pero, según la nueva cronología cristiana, el tiempo avanza linealmente hacia una meta, que es Cristo; ese proceso es imparable y, por tanto, el triunfo de Cristo es imparable. Jesucristo es el centro al que todo tiende antes de él y del que todo depende después de él; Cristo es «el Alfa y la Omega», el principio y el fin de la historia (cf. Ap 21, 6); la primera y la última letra del alefato griego. Los acontecimientos históricos relativos a la persona de Jesús Cautivo son únicos e irrepetibles, de modo particular el misterio pascual de su muerte y resurrección; sucedieron «una vez para siempre» (Hb 9, 26-28) y tienen valor eterno. Los sacrificios de la Antigua Alianza y de otras religiones se repiten sin cesar, porque no tienen valor eterno. 4.- El apóstol san Pablo, en cuya parroquia nos encontramos, dividía su propia vida en dos momentos, un «antes» y un «después» a partir de su encuentro con Jesús resucitado (cf. Hch 9, 3-9). Su vida cambió radicalmente desde entonces. Todas las personas que se encuentran de verdad con Jesús cambian de vida. Pablo de Tarso era antes un hebreo cumplidor de la ley, bien formado, irreprensible en su conducta y perseguidor de los cristianos por compromiso con su fe. Pero todo eso, que él consideraba orgullo y ganancia, se convirtió para él en pérdida, motivo de vanagloria y basura: «Todo lo considero pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor» (Flp 3, 8). Solo le importaba vivir con Cristo. En la vida de la mayoría de las personas puede existir un acontecimiento que la divide en dos partes, creándose un antes y un después. Caben muchos ejemplos; para los casados puede ser el matrimonio; para los sacerdotes la ordenación sacerdotal; para muchas profesiones existen momentos significativos de cambio; cada cual tiene su propia historia (educadores, políticos, empresarios, cofrades). Es importante conocer el significado de los acontecimientos de nuestra vida; y Jesús Cautivo nos ayuda a ello. 5.- Nosotros podemos preguntarnos hoy ante la imagen del Cautivo: ¿Es Cristo también el centro de mi vida y de mi historia personal? ¿Ocupa el lugar más importante? ¿O acaso es solo una teoría, una doctrina o una costumbre?; ¿o forma parte de mi vida de manera esencial e íntima? Tal vez nos resulte difícil detectar el momento del cambio y la línea divisoria del antes y después en nuestra vida, porque existen diversos acontecimientos en la vida y también signos y ritos religiosos que hemos celebrado desde nuestro nacimiento y nuestro bautismo. El encuentro personal con Cristo es un acontecimiento que puede tener lugar en cualquier momento de la vida, como dice el papa Francisco: “Invito a cada cristiano, en cualquier lugar y situación en que se encuentre, a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (Evangelii gaudium, 3). ¡Acojamos esta invitación delante de la imagen del Cautivo! Todos estamos llamados a encontrarnos con Jesús resucitado; el Cautivo nos llama siempre para encontrarnos con Él, porque es Él quien sale a nuestro encuentro. Hoy será el traslado y el Lunes Santo su imagen recorrerá nuestras calles; pero es Él en persona quien sale a nuestro encuentro. ¡Acojámosle! Podemos experimentar también nosotros algo de lo que experimentaron san Pablo y tantos santos. Contemplar a Cristo como centro de la humanidad es verlo como centro de nuestras vidas; y ello puede obrar una sanación importante en nosotros. Ante de Dios, el tiempo mejor de la vida no es el de mayor actividad, el más lleno de posibilidades o el más longevo, sino el más lleno de Cristo, porque se inserta ya en la eternidad (cf. Raniero Cantalamessa, La omnipresencia de Cristo en el tiempo, 2017). 6.- Un año más acompañamos al Cautivo en su traslado, en cuyo recorrido se acercará al Hospital para bendecir a los enfermos y a las personas que los cuidan. Queridos cofrades y fieles todos, el mal, el sufrimiento, el dolor y la muerte no tienen la última palabra, porque Jesús Cautivo y “maniatado” ha desatado a todo hombre de esas cadenas malignas. Lo maniataron, pero Él liberaba y desataba; lo crucificaron, pero Él perdonaba; lo mataron, pero Él resucitó. El Lunes Santo contemplaremos su imagen procesionando por las calles de nuestra querida Málaga. Irá bendiciendo a las multitudes que le rezan y le acompañan; irá desatando cadenas y liberando ataduras del mal; irá como rey nuestro, dirigiendo nuestros pasos por el camino del bien; irá como pastor de nuestras vidas, apacentándonos y alimentándonos con ricos pastos y aguas frescas. Queridos fieles, ¡que Cristo sea el centro de la humanidad y el de nuestra vida personal! ¡Dejemos que Jesús Cautivo nos cure, nos guíe, nos alimente y nos salve! Y pedimos a María Santísima de la Trinidad que nos acompañe y cuide siempre de nosotros con su amor maternal. Amén. Más artículos de: Homilías Homilía del Domingo de Pascua de Resurrección (Catedral-Málaga)Misa Crismal (Catedral-Málaga) Compartir artículo Twitter Facebook Whatsapp Enviar Imprimir