DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al Evangelio del Domingo XXXII del Tiempo Ordinario, por José E. Cabra

José Emilio Cabra, nuevo director de la Escuela Teológica San Manuel González, ante la sede de los centros teológicos diocesanos en el antiguo convento del Cister
Publicado: 03/11/2022: 1115

El sacerdote José Emilio Cabra, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio de este Domingo XXXII del Tiempo Ordinario (Lucas 20, 27-38).

El Dios de la vida

Le preguntan a Jesús por la resurrección en tono burlón, para ponerlo a prueba con un caso imposible. Él no entra en el juego y va a lo esencial, al asunto que sí es «de vida o muerte»: ¡nuestro Dios es un Dios de vivos! Jesús no se detiene en detalles: no explica cómo será el cielo, pero sí asegura que será, que hay cielo, que hay vida para siempre, con Dios.

Cada domingo profesamos la fe en la Resurrección. La vida eterna no es «otra vida» que comenzará después de la muerte, sino la vida en la que entramos el día de nuestro bautismo, la vida de Dios.

Creer en la Resurrección nos hace descubrir que la vida merece la pena. Y que la manera de darle sentido es darla, compartirla, ayudar a que otros también vivan felices.

Creer en la Resurrección nos permite valorar las cosas de verdad importantes, nos ayuda a revisar dónde ponemos el corazón: muchos afanes que nos parecen imprescindibles vuelan. Permanece la gracia de Dios y el amor que ofrecemos.

Creer en la Resurrección, sobre todo, nos sostiene en la esperanza y alivia nuestros agobios. El creyente no se desentiende de las dificultades del mundo, arrima el hombro como el primero, pero vive tranquilo, sin ahogarse en un vaso de agua: el mal no es eterno, nuestras desdichas no son eternas. La vida con Dios sí lo es.

Un Dios de vivos. El Dios de una vida buena, en abundancia. De la alegría que dura para siempre.

Diócesis Málaga

@DiocesisMalaga
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