DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario, por Manuel Jiménez

Manuel Jiménez // S. FENOSA
Publicado: 30/09/2022: 793

El sacerdote Manuel Jiménez, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario (Lucas 17, 5-10).

La fe y las dudas

“Es que yo tengo mucha fe”, he escuchado más de una vez. Como si la fe se alcanzara por méritos propios. Oye, pero luego viene un mal momento en la vida y esa persona con tanta fe se viene abajo.

“Con la fe que yo tenía y Dios no resuelve mis problemas”. Y adiós fe. Cuando los apóstoles piden un aumento de fe es porque son conscientes de que la tienen pero que es débil. ¡Pues como nosotros! A ver: ¿quién ha visto una morera arrancarse de raíz y plantarse en el mar? En la playa de Los Boliches os aseguro yo que no. Así que debemos ser muchos los que, como los apóstoles, tenemos fe, pero también dudas y pedimos milagros que Dios no va a hacer cambiando el curso natural de las cosas. Quizá lo que deberíamos pedir es eso tan sencillo de que nuestra fe fuera reforzada por Dios para ser capaces de aceptar las circunstancias y tener la fuerza del Espíritu para cambiar aquello que no esté en consonancia con el Evangelio. Y eso que sabemos que, sin fe, nosotros ya no podemos vivir. Pero, si esta se debilita, hay que reavivar ese don que Dios nos ha dado y ser pacientes.

La falta de fe se asocia frecuentemente a crisis religiosas. Lo importante para salir de esas crisis es no endurecer el corazón, sino esperar en Dios, con un espíritu de fortaleza, amor y templanza porque el final de la crisis llegará y no tardará si hacemos lo que tenemos que hacer: pedir a Dios que aumente nuestra fe.

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