DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario

Gabriel Leal, sacerdote de la Diócesis de Málaga// F. HERNÁNDEZ · Autor: F. HERNÁNDEZ
Publicado: 12/09/2022: 640

El sacerdote Gabriel Leal, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXV del Tiempo Ordinario (Lucas 16, 1-13).

El vil dinero

“No podéis servir a Dios y al dinero”. Estas palabras suenan especialmente duras en nuestro contexto social, donde hay tanto afán de acumular bienes. La parábola con la que comienza el evangelio y los dichos de Jesús que le siguen ayudan a comprender esta afirmación.

La parábola presenta a un administrador acusado de derrochar los bienes que debía administrar. Cuando es despedido, no se ve capaz de trabajar y le da vergüenza mendigar, llama a los deudores de su amo y les rebaja una parte importante de su deuda, a costa de la comisión que él debía recibir, con la esperanza de que le ayuden cuando deje la administración.

Sorprende la alabanza que hace el amo del administrador. No lo alaba por su mala gestión, sino por la astucia con que ha actuado de cara a su futuro. Y es que, como afirma Jesús, “los hijos de este mundo son más astutos con su gente que los hijos de la luz”, que los cristianos. Jesús invita a los discípulos a usar los bienes de este mundo con la misma sagacidad y diligencia, para ganarse amigos que los “reciban en las moradas eternas”. ¿Cómo ganarse los amigos? Compartiendo los bienes con los necesitados, como indica el evangelio de Lucas en muchos textos, especialmente en la parábola del rico y del pobre Lázaro. Todos necesitamos medios para vivir, representados en el evangelio por el dinero, al que Jesús llama injusto, vil. Y esto porque los bienes tienen un gran poder de esclavizar y alienar a las personas que, incluso inconscientemente, tienden a buscar en ellos la seguridad y la salvación.

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