DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del domingo XX del Tiempo Ordinario, por Antonio Manuel Montosa

Antonio Montosa, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga
Publicado: 27/07/2022: 846

Antonio Manuel Montosa, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo, XX del Tiempo Ordinario, 14 de agosto

La misión de Jesús

Jesús habla de su misión de manera enigmática. Expresa el objetivo de su ministerio, de su proclamación y de su actividad figuradamente como fuego. Usa el enunciado simbólico: “prender fuego a la tierra”. En la Escritura el fuego simboliza la presencia de Dios, su amor, su juicio, la purificación divina, la presencia del Espíritu Santo para llevar a cabo cambios en nosotros. Él desea ardientemente que el amor de Dios, su presencia, nos llene y purifique. En este sentido, la misión de Jesús consiste en purificar la comunidad, en acendrar las impurezas. Jesús lo realiza mostrándonos el amor de Dios, su misericordia y su perdón. Lo realizará con un bautismo que no es sólo de agua, como el del bautista, sino un bautismo de “fuego” en el cual debe ser bautizado. Jesús está deseoso de que llegue el momento. Este “bautismo” está íntimamente vinculado a su ministerio cuyo culmen es la Cruz. Anticipa su pasión y muerte, su firme decisión de cumplir con la voluntad del Padre, voluntad que ya ha manifestado en el camino de su vida, de su existencia. Una existencia marcada por la discordia. Aceptar y seguir a Jesucristo es acoger la confrontación por fidelidad al Evangelio, por fidelidad a los hombres. Esto perseguirá a Jesús durante toda su vida. Ya desde el inicio, Lucas lo manifiesta. Jesús está marcado como “bandera discutida”, como señal de contradicción.

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