NoticiaColaboración La X de la Iglesia, signos de esperanza Publicado: 27/02/2019: 20210 Miguel Ángel Jiménez, director del Secretariado para al Sostenimiento de la Iglesia de la Conferencia Episcopal Española, analiza los últimos datos de la asignación tributaria, que sitúan a Málaga como la séptima diócesis española que más aporta al conjunto del país. El pasado año, 51.658 contribuyentes más en España marcaron la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, un 33,3 % del total de declaraciones. En la diócesis de Málaga fueron 6.156 personas más las que decidieron destinar su dinero a las acciones de la comunidad eclesial, consiguiendo un porcentaje por encima de la media nacional y convirtiendo a Málaga en la séptima diócesis española que más aporta al conjunto, con 6.595.750 de euros. Todos estos datos, fríos en su lectura, son signos de pertenencia y de apoyo de los contribuyentes a la Iglesia, que hace un reparto solidario del dinero recibido en España. De este modo, las diócesis en las que los ciudadanos tienen más dinero aportan a las diócesis con menos, haciendo un doble ejercicio de solidaridad: por un lado, el hecho individual de marcar la casilla de la Iglesia y, por otro, un sistema que se comporta ayudando a los más débiles. La familia es la realidad que mejor explica el comportamiento de las diócesis españolas. ¿Qué nos pasaría si algún miembro de nuestra familia estuviera en situación de debilidad? Intentaríamos ayudarlo todo lo que pudiéramos, mucho más que a aquel que no lo necesitara. Del mismo modo, siguiendo varios criterios acordados, las diócesis con mejor posición económica ayudan a las más débiles, teniendo en cuenta incluso otros datos como el número de sacerdotes o la extensión. Que Málaga pueda aportar en la Iglesia más para el conjunto es una suerte para la diócesis y una fortuna para todos los que se benefician de esta generosidad. El contribuyente malagueño sabe que su dinero se tratará con el cuidado de quien cuida a los demás, de quien no ha dejado nada al azar, sino de quien piensa a quién beneficiar mejor con la eficacia social de la Iglesia. Cuando vemos que, según los últimos datos publicados, se ha atendido más de 22.000 personas en distintos centros sociales y asistenciales, o que hay más de 11.000 personas acompañadas en situación de exclusión, empezamos a poner rostro a las equis, empezamos a reconocer que detrás de cada signo, de cada colaboración y de cada entrega hay esperanza. Y mucho más cuando sabemos que recibe más quien menos tiene. Cada equis marcada en la Declaración de la Renta es un signo de esperanza, no solo al marcar la de la Iglesia, sino también al marcar conjuntamente las dos casillas: Iglesia y Otros Fines de Interés Social. Quien elige libremente marcarlas reconoce que podemos buscar juntos un mundo mejor, más humano, solidario y más justo. Al marcar las equis humanizamos el sistema y convertimos una declaración de impuestos en un ejercicio de libertad con querencia a ayudar a los demás, a crecer juntos en igualdad y en justicia, a dar oportunidades a todos y permitir que llegue un día en el que los que menos tienen puedan ejercer su derecho solidario con el prójimo. La solidaridad de la diócesis malagueña consigue que, desde el momento de hacer la Declaración, un hilo evangélico vaya cosiendo momentos de amor; desde el acto libre de marcar la equis a la recepción del dinero y su reparto fraterno con criterio familiar, pensando en los hermanos más necesitados. Costuras de amor dignas de fe.