NoticiaOpinión El patrocinio de Santiago Publicado: 25/07/2011: 1917 La Iglesia que vive y celebra su fe en España tiene al Apóstol Santiago como su protector desde tiempos muy antiguos. Es verdad que no todas las expresiones que se han utilizado para proclamar su patrocinio han sido afortunadas, pero el contenido de fondo nos presenta a Santiago como patrón, protector y modelo evangélico. Y conviene reavivar esta tradición piadosa en estos tiempos en los que algunos españoles reniegan de su fe cristiana y otros se vuelven agresivos contra los seguidores de Jesucristo. Aunque muy activos y beligerantes, éstos son pocos. La mayoría nos confesamos católicos y no dudamos en decir con san Pablo: “Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que desde lo alto del cielo nos ha bendecido por medio de Cristo con toda clase de bienes espirituales. Él nos eligió en Cristo, antes de la creación del mundo para que fuéramos su pueblo y nos mantuviéramos sin mancha en su presencia. Llevado de su amor, Él nos destinó de antemano, conforme al beneplácito de su voluntad, a ser adoptados como hijos suyos”. No estamos orgullosos, pues el orgullo no es evangélico, pero sí profundamente agradecidos de saber que Dios nos ama con la ternura de un Padre; que por su Hijo Jesucristo, hemos entrado ya en el mundo futuro y sin ocaso del Resucitado; y por el Espíritu, nos vivifica con toda clase de bendiciones: la paz interior, la alegría de saber que Dios nos ama, el amor que nos lleva de la muerte a la vida y la fraternidad universal. Sin esta fe, no existirían en España la catedral de Santiago, el entierro del Conde de Orgaz, el Cristo de Velázquez, la Inmaculada de Murillo, el San Francisco de Mena, los autos sacramentales, ni San Juan de Dios, Santa Teresa de Ávila, Santa Ángela de la Cruz y el gozo de levantarnos cada día en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Juan Antonio Paredes Autor: diocesismalaga.es