La jornada de meditación comenzó a las 10,30, con el rezo de la hora intermedia. En la meditación, Antonio Aguilera recorrió los primeros capítulos del Apocalipsis, «un proceso de conversión en presencia de Cristo Resucitado», y desgranó las siete cartas dirigidas a las iglesias de Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardes, Filadelfia y Laodicea, haciendo hincapié en lo que de esos textos siguen diciendo a los cristianos de la Málaga de 2024.

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Tras la meditación, hubo tiempo para la oración personal y para hacer todos juntos una Oración por las Vocaciones, en fechas de Campaña del Seminario y en la Capilla del Buen Pastor del Seminario, tan querida por el clero diocesano. 

El retiro «es un buen momento de fortalecer la fraternidad y compartir nuestras vivencias e inquietudes», afirma el delegado para el Clero, Francisco González, quien en la convocatoria recorbada a los sacerdotes, religiosos y diáconos las palabras del papa Francisco en su mensaje cuaresmal de este año: «la Cuaresma es el tiempo de gracia en el que el desierto vuelve a ser – como anuncia el profeta Oseas- el lugar del primer amor... La dimensión contemplativa de la vida que la Cuaresma nos hará redescubrir, movilizará nuevas energías».

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