NoticiaAño de la Misericordia "Dar de comer al hambriento" Comedor de Santo Domingo preparado para recibir a los usuarios Publicado: 05/09/2016: 12118 La directora del Comedor Santo Domingo, en Málaga, Ángeles Martín, profundiza en la segunda obra de misericordia corporal: "Dar de comer al hambriento". De primero... otra oportunidad Si tuviéramos que resumir la labor del Comedor de Santo Domingo, tendríamos que decir que es una obra de amor a los más desfavorecidos de esta sociedad. Entre todos: voluntarios, socios, colaboradores y personal, consiguen hacer realidad el milagro diario de proporcionar la comida a todas las personas que acuden a Calle Pulidero. Las personas que atendemos están viviendo situaciones que les hacen no poder mantenerse por sí mismos. Entre ellos, muchos enfermos mentales, los grandes olvidados de nuestro entorno, que no pueden hacer valer sus derechos y, en muchas ocasiones, no saben que su sufrimiento tiene mejoría. Nuestro trabajo consiste en motivarles para que acudan al especialista e inicien un tratamiento. Otro colectivo muy numeroso en estos tiempos son las familias, sobre todo monoparentales, mujeres que viven solas con sus hijos y que, o no tienen trabajo, o el que tienen no les aporta lo suficiente para mantener a sus pequeños, o están cobrando alguna ayuda, pero igualmente insuficiente para vivir. Atendemos a muchos parados de larga duración, personas que perdieron su trabajo hace tiempo debido a la crisis y que por su edad o falta de formación, no encuentran una nueva ocupación. Los inmigrantes son personas que acuden al Comedor mientras encuentran una salida a su situación, en muchos casos es la falta de documentación su problema principal. Un grupo de los atendidos ha sufrido traumas importantes en su vida y no ha podido sanarlos. A muchos de ellos, estas situaciones vividas les han llevado a estar en la calle o a vivir sin esperanza ni motivación. Desde esa mirada amorosa, todos los acogidos son hermanos nuestros que necesitan, en muchos casos más que la comida, que también es necesario, alguien que les “vea”, que les pregunte como están viviendo este momento de sus vidas, que confíe en sus capacidades y les acompañe a recobrar la confianza que han perdido en si mismos, en el potencial que hay en su interior, que les motive y apoye para conseguir una mejora en su situación. En este proceso, es indispensable la participación de la persona atendida, ya que no se trata de proporcionar recursos sin más, si no que sean los protagonistas de su historia; de otra manera, solo dando ayudas, hacemos a las personas dependientes de las instituciones y llegan a creer que no pueden hacer nada por sí mismos. El equipo de profesionales y la persona atendida, trabajan para encontrar una salida digna a su situación. Esta es la labor del Comedor, por eso en el menú de cada día ofrecemos: “De primero… otra oportunidad”.