NoticiaSemana Santa Torturado y ejecutado Placa que recuerda el lugar donde, según la tradición, Pilato tomó a Jesús y mandó azotarle en la Vía Dolorosa de Jerusalén Publicado: 17/04/2019: 9228 Geografía del Viernes Santo Geografía del Viernes Santo, por Emilio López Navas, profesor de los Centros Teológicos de la Diócesis de Málaga. Según la tradición local, la última noche de vida de Jesús la pasó en una cisterna, seguramente llena de barro y basura, en la que esperó el alba para ser conducido ante las autoridades. Desde ahora no decidirá sus pasos, sino que será llevado de una parte a otra de Jerusalén para ser ajusticiado. De la casa del sumo sacerdote Caifás, lo llevan a presencia de Poncio Pilato, el gobernador de la Judea. Las autoridades judías ya han juzgado a Jesús y tomado una decisión en el caso del nazareno, pero no tienen poder para aplicar la sentencia. Por ello, han de cambiar de escenario. La fortaleza Antonia es el lugar más probable en el que se dio el juicio de Jesús. Desde esta fortaleza la presencia romana se hacía fuerte, pues controlaba no solo la vida civil, sino que también vigilaba cualquier movimiento que se diera en el templo de Jerusalén. Desde esta fortaleza arranca el camino a la cruz, después de la sentencia condenatoria. Las calles de Jerusalén estaban acostumbradas a ver pasar a los reos de muerte con el brazo horizontal de la cruz, instrumento de suplicio romano, camino de la cantera abandonada llamada “de la Calavera”. Ahí, ya fuera de los muros de la Ciudad Santa, casi en el lado opuesto del templo, se encontraban los brazos verticales que terminan dando forma a la Cruz. Costumbre romana La costumbre romana de dar razón de la ejecución colocando un cartel con el dictamen del juez juega irónicamente en favor del culpable: Jesús es rey, pero no de este mundo, sino del universo. Y no solo rey, sino también sumo sacerdote, porque su túnica es inconsútil, sin costura. Y es el cordero a quien no le rompen los huesos y el grano de trigo que es enterrado para dar fruto. Cerca del lugar de la crucifixión se encuentra un sepulcro. Al estar cerca el sábado, deciden depositarlo allí y venir al día siguiente a terminar la sepultura según la costumbre. Los sepulcros de la época solían estar excavados en la roca y contaban con una antecámara, (lugar donde preparaban el cuerpo y se tenían las reuniones y ritos familiares en los funerales) y una cámara. Esta cámara contaba con varios nichos, donde colocar a los difuntos de la familia. En el sepulcro de Jesús no habían puesto todavía a nadie. La tradición dice que el cuerpo del Nazareno no llegó a estar en la segunda estancia porque tenían que terminar los rituales funerarios en otro momento.