NoticiaSemana Santa Jueves Santo: Encontrarse y dejarse transformar Penitentes de la cofradía de la Columna (Gitanos) // DANIEL PÉREZ/DOSCONFOTOS Publicado: 16/04/2019: 10413 ¿Qué celebramos el Jueves Santo? El profesor de los Centros Teológicos y director del Hogar Pozo Dulce, Francisco J. Jiménez, profundiza en lo que celebramos el Jueves Santo: «Al caer la tarde, Jesús se reúne con sus discípulos y amigos para celebrar la Pascua, y lo hace en Jerusalén, el centro del poder político y religioso, el lugar donde ya se había decidido su muerte». En ese contexto son muchas las cosas que suceden: Jesús es entregado por uno de sus apóstoles después de haberse sentido decepcionado por Él; también es abandonado por algunos de sus apóstoles que, inicialmente, están allí, pero no tienen el valor suficiente para reconocer quiénes son; en el huerto siente miedo, soledad; es apresado, torturado, humillado… El Jueves Santo nos habla de traición, de abandono, de soledad, de incomprensión, de decepción. Son muchas las emociones y los sentimientos que se vivieron ese día. Pero hay algo que creo que es fundamental. Jesús celebra la Pascua con el grupo de personas más cercanas que le han acompañado en los últimos años de su vida: su madre, algunos amigos, aquellos que creían en Él y a los que había dado razones de esperanza, algún otro que se sentía decepcionado por Él, otros que no entendían nada de lo que estaba sucediendo…Un grupo peculiar, pero era la comunidad de Jesús. Y en este grupo confía y con ellos quiere compartir todas esas emociones en el momento más difícil y más importante de su vida. En la cena habla de servicio, de entrega, y nos recuerda que estará presente cada vez que nos reunamos en su nombre, cada vez que vivamos como Él vivió, cada vez que celebremos la vida. Hoy he tenido un día intenso en el centro para personas sin hogar con quienes comparto mi día a día. Hay momentos muy duros y difíciles, porque ves cómo los procesos de exclusión social han llegado a romper a muchas personas, pero hay muchos momentos en los que descubres la riqueza y el valor que hay dentro de cada persona, momentos de encuentro en los que nos sentimos queridos y descubrimos que somos importantes para alguien. Nuestros proyectos de acción social son realmente transformadores cuando, como Jesús, somos capaces de estar, de caminar junto al otro, de descubrir que, en relación con los demás, cada persona puede ofrecer la mejor versión de sí misma, la más auténtica. Vivir el Jueves Santo es descubrir el valor de la otra persona en mi vida, es comprender que el mundo se transforma si establecemos relaciones reales de fraternidad, relaciones que no excluyan a nadie, relaciones auténticas entre personas que junto al otro sacan lo mejor de sí mismas, y se sientan en la mesa de Jesús porque tienen mucho que compartir: la propia vida.