–¿Cuáles son las claves de motivación como entrenador? 

–Lo primero es hacer entender a los jugadores que la motivación no debe ser selectiva sino que debe ser una motivación ‘marathoniana’. Primero que sientan pasión por el fútbol y esa pasión les lleve a ser auténticos y verdaderos deportistas. Los valores son muy importantes pero principalmente para el desarrollo de la competición no debemos ser selectivos sino que todos los partidos los consideramos como diferentes y nos preparamos por si hay una derrota. 

–¿Cuál es la responsabilidad social del futbolista? 

–En estos tiempos de bonanza y éxito para nuestro fútbol, los jugadores son un ejemplo y un espejo para los niños y jóvenes. Tienen un compromiso y responsabilidad grande. Nosotros, y así se lo trasmito a ellos, podemos fallar debajo de los postes y tirar la pelota fuera pero no debemos de ser falibles en el comportamiento. Hay mucha gente joven que nos mira y debemos ser ejemplos edificantes. 

–¿Cómo ha afrontado los momentos difíciles en su carrera como deportista? 

–He pasado por distintas circunstancias y el apoyo principal de los que están más cerca es fundamental. Eso si, soy consciente de que he estado en sitios donde el éxito lo he tenido cerca. Pero no debemos olvidar que esto es un deporte y que otros pueden estar más fuertes que tú. Hay que estar preparado para la derrota y en esos momentos de más dificultad o de tristeza, naturalmente, es el apoyo de mi familia lo que más me ha ayudado. 

–¿Qué valora más en un futbolista? 

–Por delante de las palabras van los hechos o los ejemplos y por eso intentamos tener una buena conducta personal. Estamos hablando de jugadores muy buenos que tienen una categoría y una calidad futbolista extraordinaria. El ejemplo es muy importante. Estos jugadores tan buenos que han sido unos campeones en el campo, ahora tienen que ser unos campeones fuera. Pero también hay valorar el aspecto personal porque no podemos olvidar que el fútbol es un juego de equipo donde uno solo no vale, sino es con la ayuda de todos. 

–Que le diría a un padre cuyo hijo pequeño quisiera ser una figura del fútbol. 

–He tenido la suerte de estar en la formación de los jugadores en la cantera. Creo que hemos ir de la mano padres, profesores y entrenadores valorando lo que es mejor para el chaval. Lo más importante es hacer deporte y luego, ser jugador de élite es lo complicado. Nosotros debemos preparar al que quiere ser futbolista o al meritorio de la mejor posible. Primero, que sean buenos chavales, que sean felices y si luego llegan a ser futbolistas muchísimo mejor. Pero por lo menos que hagamos hombres correctos y que el deporte les puede enseñar a ver la vida con una cierta perspectiva. 

–¿Qué le dice a los lectores de DiocesisMálaga? 

–Me siento un poco malagueño, vivo en San Pedro de Alcántara desde hace muchos años y mi mujer es malagueña. Estoy cómodo en esta parte de España. En segundo lugar, intentaremos estar a la altura con nuestro comportamiento y conducta y que no todo en la vida es ganar, hay que saber perder. Los valores del buen deportista son la mejor manera de formar a los jóvenes, no digo que ea la única.