NoticiaDiario de un confinamiento TESTIGOS DE RESURRECCIÓN: «Pido a Dios y a la Virgen que intercedan por todos nosotros» Sor Josefina Sánchez, Hija de la Caridad Publicado: 15/05/2020: 4847 #LaCaridadNoCierra El Hogar Pozo Dulce, para la acogida de personas que viven en la calle, cuenta desde su origen con una comunidad de Hijas de la Caridad, entre las que se encuentra Sor Josefina Sánchez, a quien le ha sorprendido muy gratamente la actitud tan positiva que han adoptado los acogidos y disfruta cada día de esta oportunidad para conocerlos mejor. «Para nosotras es muy gratificante poderles ayudar en esta situación que se nos ha presentado y que nadie esperaba. Son personas muy habituadas a estar en la calle y, sin embargo, se lo han tomado como un deber que tienen que cumplir por los demás. Lo estamos viviendo como una gracia de Dios, al verlos con paz, serenidad, bien organizados, con juegos, lecturas, televisión, etc. En este tiempo de confinamiento mi vida ha cambiado, porque al estar todos en casa, he tenido la oportunidad de conocerlos mejor personalmente. Ahora nos relacionamos más que antes, hablamos de tú a tú y todo esto nos lleva a un mayor entendimiento. Al comunicarnos con ellos, tratamos siempre de ser cercanas y acogedoras. Les facilitamos también que puedan hablar por teléfono con el personal y los voluntarios a los que recuerdan con tanto cariño, porque para ellos es una gran satisfacción. Intentamos, dentro de lo posible, que los días sean diferentes. Procuramos que las celebraciones de cumpleaños y otras sean más festivas que antes; una hermana hace ejercicios todos los días con ellos a través de la música; seguimos teniendo nuestros momentos de oración y la eucaristía dominical. Hace unas semanas, todos los que voluntariamente quisieron, se unieron con nosotras a la celebración del Triduo pascual. La verdad es que estamos muy sorprendidas de ver cómo se están tomando el hecho de no poder salir a la calle para nada y disfrutamos de verles contentos y alegres. Hay muy buena relación entre todos, se ve más compañerismo, ayudan a los de mayor edad y están muy pendientes los unos de los otros. Yo estoy muy contenta y disfruto mucho al verlos tan tranquilos y serenos, cooperando en todo lo que pueden. Para mí está siendo una experiencia muy gratificante por el gozo de ver su gran cambio personal. Se han convertido en personas capaces de llevar una vida ordenada dentro de la libertad de cada uno, ya que no se les impone nada y son ellos los que tienen que sentirse cómodos con lo que hacen. Por todo esto, doy continuas gracias a Dios y a la Santísima Virgen, pidiéndoles que intercedan por todos nosotros y esta pandemia se acabe lo antes posible».