Sálvate a ti mismo

Reflexionamos hoy sobre ese Reino que pedimos llegue a nosotros, en cada Padrenuestro. El papa Francisco nos recuerda: «En la medida que Él (Jesús) logre reinar sobre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad para todos».

Dar lugar a este Rey en nuestras vidas, resulta comprometedor.  Su Reino “no es de este mundo”, pero genera historia, se concreta en nuestro día a día; debe visualizarse, sentirse, proyectarse desde lo que cada bautizado-misionero vive. La esperanza cierta de su realización pascual no debe alejarnos de la llamada a ser constructores del mismo.

El Reino reclama que miremos más allá de nuestras fronteras, que rompamos con la tendencia cultural del “sálvate a ti mismo”.

Durante el año litúrgico, que este domingo estamos cerrando, hemos contemplado nuestro ser y deber en la escuela de la Palabra. Hoy nos convoca a vivir el discipulado en clave de entrega, “de salida”, con un proyecto maravilloso en el horizonte: dejar que Jesús reine en nuestras vidas, encarnando su mensaje en nosotros y en nuestras circunstancias.

En el corazón del Padre, siguiendo a Jesús e inspirados y con la fuerza de su Espíritu, estamos convocados a hacer posible el Reino, siendo promotores de fraternidad, de justicia, de paz, de dignidad, cultivando esa triple relación esencial: Dios, las personas y el cosmos.