Cuando pensamos en los veranos de nuestra infancia, probablemente recordamos con especial cariño aquellos campamentos juveniles en los que hacías nuevos amigos y aprendías tantas cosas que en ese momento no valorabas, pero que después descubrías que serían fundamentales en tu vida. Aprendimos a no depender tanto de mamá y a valernos más por nosotros mismos; a compartir espacios, tiempos, juegos, secretos… Cuando pasa el tiempo y recordamos todo esto, sentimos el deseo de que otros también lo experimenten, por eso se lo proponemos a nuestros hijos, sobrinos, alumnos…

En el Complejo José Nadal se ponen al servicio de colegios, parroquias, movimientos, asociaciones y club deportivos unas instalaciones que ayuden a que estas vivencias, y muchas más, sean posibles. El espíritu de este espacio es buscar que estén lo más cómodos posible, pero sin grandes lujos, para que dejen por unos días los móviles y las nuevas tecnologías y descubran que también se puede vivir con sencillez; que jugar, reír, inventar un teatro o interpretar una canción es más divertido si lo hacemos juntos, ayudándonos unos a otros, y tratando de pasarlo bien.

Pero eso no es el resultado únicamente de nuestras instalaciones sino que son los monitores y los jefes de campamento los que consiguen que la convivencia sea respetuosa, que quienes pasan el su tiempo libre con nosotros descubran la fuerza del trabajo en equipo y la generosidad, haciendo tareas sencillas, divertidas y con valores positivos para el resto de nuestras vidas.

Nosotros ponemos un granito de mostaza, para que el árbol dé buenos frutos y así Cristo se encarna en cada realidad.

Beatriz Sánchez Romero

Directora del Complejo José Nadal de Estepona