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«Debemos vivir de forma sencilla para que otros sencillamente puedan vivir»

Publicado: 16/04/2012: 813

Luis Alberto Quijada, mexicano de 38 años, nacido en la norteña ciudad de Hermosilla es en la actualidad el párroco de las iglesias San Juan Bautista de Cuevas Bajas y San Marcos Evangelista de Cuevas de San Marcos.

La historia de este joven cura comenzó al trasladarse a realizar sus estudios a Salamanca, donde conoció al párroco de la iglesia San Sebastián de Antequera que le embelesó con las bondades de la provincia malagueña durante su periplo salmantino. Al concluir su formación se trasladó a Málaga, donde ejerció en Mijas Costa en un principio, hasta llegar a la zona donde se encuentra en el año 2009.

IMPLICADO EN SUS PUEBLOS

La vida de este cura rural, como le gusta denominarse, se aleja de la tranquilidad que se respira en los municipios donde ejerce. Le gusta participar de la vida social y religiosa de sus comunidades y esto hace que tenga una agenda bastante ocupada a caballo entre las localidades de Cuevas Bajas y Cuevas de San Marcos. Además de llevar varios grupos de catequesis de jóvenes de todas las edades, tiene grupos de adultos con  quienes departe de Teología; los fines de semana desarrolla cursos matrimoniales y una vez al mes realiza una adoración nocturna, por mencionar
algunas de sus múltiples actividades.

En la siguiente entrevista, Luis Alberto Quijada nos explica el día a día de su misión pastoral junto a sus feligreses y afirma que "debemos vivir de forma sencilla para que otros sencillamente puedan vivir".

ENTREVISTA AL PÁRROCO

–Desarrolla su labor pastoral por varios municipios. ¿Cuáles son sus proyectos más importantes?

–Vivimos en un tiempo difícil, por lo que me gusta centrarme en la ayuda a los más necesitados. Colaboramos con Cáritas, Manos Unidas, además de campañas temporales como la ayuda a Haití, Pakistán,... Venimos observando cómo a la habitual ayuda a los inmigrantes en nuestros municipios se ha unido el aumento de españoles que solicitan alimentos, ayuda para compra de medicamentos, transporte para citas médicas, entre otras. Es importante que sientan un apoyo en nosotros. Cada vez que hemos promovido nuestra acción social, hemos comprobado cómo ambos municipios se vuelcan. Además, nos gusta ayudar a nuestros mayores por lo que acudimos a las dos residencias de ancianos que hay en la zona para llevarles la comunión a más de 120 ancianos, celebrar festividades como las de San Blas, el Miércoles de Ceniza o realizar la unción de enfermos. Notamos cómo los ancianos agradecen nuestra visita, se les alegra la cara y por ello es importante seguir realizándolo.

–Usted enseña y aporta mucho a sus feligreses, pero, ¿qué ha aprendido de ellos?

–Aprendo cada día de ellos, veo cómo a pesar de la crisis y las dificultades que atraviesan, no se rinden, siguen luchando y participando en su comunidad e incluso se vuelcan con los más necesitados. Cada grupo que tengo me aporta una enseñanza particular que me hace ser mejor persona.

–¿Cree que se puede sacar algo positivo de la crisis?

–La crisis es muy dura, pero tras ella, saldremos con el espíritu fortalecido. Se ha demostrado la fuerza de la familia y su imprescindible apoyo para seguir adelante. Cuando no queda nada, siempre queda la familia. Además, hemos aprendido a no vivir por encima de nuestras posibilidades, “vivir de forma más sencilla para que otros, sencillamente, puedan vivir”.

–¿Piensa quedarse por aquí o tiene pensado volver a su tierra?

–Nunca se sabe qué puede pasar, pero actualmente estoy muy contento y me siento realizado con la labor que desarrollo por lo que no tengo planes de volver. Pertenezco a la Diócesis de Málaga

Autor: diocesismalaga.es

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