Una noche donde el sentir creyente y amante de Nuestra Señora se evidencia en cada paso, en cada gesto, en cada palabra musitada o en cada oración hecha con toda el alma. Una noche donde lo mejor de cada cual aflora para encontrarse con lo divino y humano de nuestro Señor Jesucristo y con Aquella que nos lo muestra con la transparencia y radicalidad de su fe.

Todo empieza al caer la tarde: ya empiezan los peregrinos a acudir al encuentro anual con Nuestra Señora, la Virgen de Gracia a la que llevan tan dentro de sí todo el año. Cientos de testimonios de cuanto contamos lo recogen los ‘Libros del peregrino’, auténtica expresión escrita de lo que se vive y ama en torno a la Virgen de Gracia.

A lo largo de la noche nos encontraremos a los pies del altar de la Virgen, hombres y mujeres de toda clase y condición. Hombres y mujeres que hemos crecido junto a la Virgen de Gracia o, tal vez, que la “hemos descubierto” hace poco. A lo largo de la noche nos encontraremos hombres y mujeres que necesitamos de la certeza que Ella, la Virgen, nos recuerda constantemente: que en su Hijo Jesucristo hasta las lágrimas derramadas por dolor nos convocan a la esperanza. A lo largo de la noche, también en torno a la Misa (a las 12 de la noche, a las 6 de la madrugada y a las 9 de la mañana) nos encontramos hombres y mujeres hechos peregrinos para alimentarnos del Pan de la Palabra y del Pan de la Eucaristía.

A lo largo de toda la noche nos encontraremos bebés que saludan a la vida recién estrenada, enfermos que buscan fuerza, ancianos que recapitulan toda su vida, parejas que viven cada día con renovada ilusión su primer amor, parejas que sufren una ruptura que no tuvo que ser, padres y madres que piden por su familia... A lo largo de toda la noche nos encontraremos tantos alrededor de Nuestra Señora de Gracia de Archidona... A cuantos acudáis o a cuantos quisierais acudir: sed bienvenidos.

Jaume Gasulla, párroco de Archidona y arcipreste de Archidona-Campillos