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El Sínodo de los Jóvenes, acontecimiento de Gracia

Salvador Gil, delegado diocesano de Málaga, junto a los miembros del Consejo Nacional de Juventud de la Conferencia Episcopal Española, los responsables de la oficina joven y algunos padres sinodales
Publicado: 30/10/2018: 16730

Salvador Gil, delegado diocesano de Infancia y Juventud, hace un análisis del Sínodo de los Obispos sobre los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional a la luz del documento final.

Hemos vivido en la Iglesia universal un acontecimiento importante. La XV Asamblea ordinaria del Sínodo de Obispos dedicada a los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional se clausuró el pasado domingo 28 de octubre. Han sido días de escucha, diálogo, encuentro y reflexión acerca de la situación actual en la que viven los jóvenes de los cinco continentes. Los padres sinodales, junto al papa Francisco, auditores y peritos, han visibilizado un estilo eclesial marcado por la sinodalidad.

El Sínodo ha sido signo de la catolicidad de la Iglesia. Esto es lo que nos han transmitido los padres sinodales españoles y varios auditores jóvenes de América Latina con los que he tenido la suerte de compartir sus vivencias del aula sinodal.

El Documento final que ha salido a la luz merece nuestra atención. En él se recoge de manera clara y estructurada los argumentos para una honda reflexión sobre la pastoral con los jóvenes que se lleva a cabo en la Iglesia, y en particular en nuestra Diócesis de Málaga. El texto consta de tres partes con un total de doce capítulos, precedidos por una introducción y seguidos de una conclusión. El pasaje de los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35) sirve de icono bíblico para el contenido que desarrolla.

La primera parte, «Caminaba con ellos», contiene cuatro capítulos en los que se subraya el valor y la importancia de la escucha por parte de la Iglesia a los jóvenes, el ambiente digital en el que viven, el fenómeno de las migraciones y el rechazo a cualquier tipo de abusos. La familia y las relaciones intergeneracionales, la identidad corporal y afectiva, las diversas formas de vulnerabilidad a las que se exponen, son cuestiones que aparecen desarrolladas. Se habla también de los aspectos más destacados de la cultura juvenil en nuestros días.

«Se les abrieron los ojos» es el titulo de la segunda parte, donde se expone el significado profundo del don de la juventud, el misterio de la vocación, así como el necesario instrumento del acompañamiento y el ejercicio del discernimiento.

La tercera parte, «Partieron sin demora», presenta a modo de propuesta un renovado estilo pastoral y misionero que debe orientar la tarea evangelizadora de los jóvenes en el futuro. Se muestra la preocupación de una Iglesia que desea llegar al corazón de todos los jóvenes para anunciarles a Cristo. Con un dinamismo renovado se pretende impulsar el estilo sinodal de caminar juntos y de discernimiento comunitario. Se señala la necesidad de un nuevo estilo para la misión basado en la comunión misionera y el diálogo. Se reclama una pastoral juvenil en clave vocacional, junto a la necesaria formación integral de los jóvenes. La conclusión es una invitación a que los jóvenes puedan vivir la llamada a la santidad.

A la luz del documento final, y a la espera de una futura exhortación postsinodal, tenemos por delante una tarea apasionante en nuestra Iglesia de Málaga. Ahora toca acoger el texto, leerlo, meditarlo y poner los medios necesarios para seguir trabajando en las orientaciones que el Sínodo nos sugiere. ¡Es la hora de los jóvenes! ¡Son los protagonistas! Sigamos caminando con esperanza, pues como dijo D. Ricardo Blázquez, «el Sínodo es un acontecimiento de gracia». 

Salvador Gil, delegado de Juventud, en el programa "Iglesia en Málaga", en Cope Málaga

Salvador Gil Canto

Sacerdote diocesano y Delegado diocesano de Infancia y Juventud

@SalvaGilCanto
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