Patricio Fuentes es su nombre. Ha sido el elegido. Patricio asume la dirección de Cottolengo.  Me cae bien.  Es un buen tipo. Auténtico.  Es un profesional de lo suyo. Y gestiona con vocación.  Algo necesario en nuestros días.  Desgraciadamente  cuando menos te esperas descubres trabajos hechos sin alma. En todos los ámbitos.  Y trabajadores sin vida que solo se mueven por dinero.  No es el caso de Patricio. Como tampoco es el único que realiza una tarea a sabiendas que colabora en la construcción de un mundo mejor entregando vida y corazón. Los hay a montones en Málaga.  El nombre de Patricio se escribe hoy en el Alféizar porque dirigirá Cottolengo. Cáritas Diocesana de Málaga se encargará de la gerencia y dirección de esta casa de acogida que seguirá funcionando con el espíritu que le es propio. Porque mantener el Cottolengo como servicio a los más pobres siempre ha sido el deseo del Obispado de Málaga. Y lo hará con un cristiano seglar al frente. También con la ayuda de quien desea compartir tiempo, ilusión y energía con los residentes a sabiendas que quizá nadie los espere en la otra orilla para felicitarlos por su tarea. 

En Málaga hay un potente grupo de profesionales y voluntarios que están volcados en los más necesitados. Dentro y fuera de la Iglesia Católica. Con facilidad puedes encontrarlos. ¿Dónde?  Por la parte que de cerca conozco en Cáritas. En quienes atienden a enfermos de SIDA en Colichet y ancianos en Buen Samaritano. En quienes conviven con mayores, presos o ex reclusos en apartamentos tutelados. Ahí están, invisibles para muchos, visibles para los ojos de quien los necesitan. Los descubrimos también en quienes atienden a personas sin hogar en Pozo Dulce o a inmigrantes en pisos puente.  Los sorprendes atendiendo a madres solteras en pisos de acogida y a mujeres que no quieren abortar y se encuentran contra las cuerdas. En definitiva los descubres donde el sufrimiento, el abandono o el desprecio se hacen tiempo. Sus nombres están grabados en la piel y corazón del sufrimiento, el lugar donde se disputan las auténticas batallas.