DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del I Domingo de Adviento

Publicado: 27/11/2015: 1028

La Misionera Idente Mª Ángela Cantueso ayuda a profundizar en el evangelio del I Domingo de Adviento.

En este primer domingo de Adviento en el que los cristianos iniciamos el año litúrgico, resulta curioso que comencemos este tiempo de preparación al nacimiento de Cristo con un relato que describe el fin de los tiempos, la segunda venida de Cristo a la tierra. Ya no será en Belén, encarnado en un Niño indefenso, esa vez vendrá “con gran poder y majestad”. En su primera venida, Él nos ofreció la liberación del pecado, en su segunda venida, la realización plena y definitiva de todo lo creado.

En este pasaje del Evangelio, Jesús nos advierte de grandes peligros que nos acechan, que nos impiden hoy reconocer sus huellas en nuestra existencia: el anhelo de poder y prestigio personal, la ambición de las riquezas, el constante agobio procedente de un exagerado activismo, la autosuficiencia, la búsqueda incansable de afectos y sensaciones nuevas… Pero, ¿cómo no sucumbir a ellos y a nuestros grandes o pequeños “cataclismos diarios”?

Cristo nos ofrece cuatro claves fundamentales que nos permitirán “estar despiertos”, “permanecer en pie”: su Palabra, la oración continua, la Eucaristía y, como fruto de ellas, la caridad. Por ello, también san Pablo nos exhorta a vivir una vida rebosante de amor mutuo para agradar a Dios. Se trata, pues, de estar despiertos en el amor a Dios y a mi prójimo. He aquí el paso del hombre viejo al hombre nuevo, esta es, en definitiva, la esencia misma del Adviento, nuestra liberación auténtica.

Diócesis Málaga

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