¡Cómo broma, no está mal! Esto fue lo que me dijo un chico de bachillerato, cuando le di el siguiente consejo: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. 

En los tiempos que corren, este consejo suena a broma, porque, como lo sigas te comen. Pues, Jesús se lo da a los apóstoles, cuando Santiago y Juan le piden ocupar un cargo importante en el Reino de los cielos.

Dios nos pide que sirvamos a los demás, y nosotros pensamos que eso es un rollo. ¿Quién tiene razón? Pues, Dios. Pero no porque sea Dios, sino porque la experiencia le da la razón: ¿Qué siente una persona cuando sirve a los demás? Y… ¿qué siente cuando los utiliza para conseguir cosas? 

¡Qué felicidad tan grande nos entra al cuidar a un enfermo, al acompañar a alguien que está solo, o cuando ayudas en casa y pones la mesa…!

Hoy es el día del Domund. Un día para ser feliz… ¡dando!, como Jesús que vino a servir y dar su vida en rescate por muchos muriendo en la cruz por amor. ¡De verdad, que esto no es una broma!