DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario

Publicado: 02/10/2015: 1130

El sacerdote José Javier García, párroco de Mollina y Humilladero, ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XXVII del Tiempo Ordinario.

Como creyentes, sabemos que en los planes de Dios está que cada uno de nosotros crezcamos y nos desarrollemos en el ámbito de una familia, fundada en el sacramento del matrimonio entre un hombre y una mujer. Somos fruto del amor de nuestros padres y en esa escuela de la familia aprendemos a recibirlo y a darlo. 

En nuestra sociedad de hoy, en la que se equipara el matrimonio entre hombre y mujer a cualquier otro tipo de unión, los cristianos tenemos la hermosa oportunidad de recordar que Dios tiene un camino de felicidad plena para el hombre y la mujer, en el matrimonio. En el Evangelio que proclamamos en la Misa de este domingo, Jesús nos dice la verdad esencial sobre el Matrimonio: el hombre y la mujer están hechos, por voluntad de Dios, para la complementariedad, siendo iguales en dignidad. A Jesús aquel día le hicieron una de esas preguntas trampa. «¿Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?» Y para responder, se fue al origen: «Al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne».

El matrimonio debe ser ante todo un reflejo del amor infinito de Dios por nosotros. A la hora de entender cómo y cuánto nos ama Dios, tenemos una oportunidad visible de verlo en el amor entre los esposos. Sabemos que hay dificultades, sabemos que la vida del matrimonio cristiano no es siempre un camino de rosas, pero también confiamos en que la gracia que los esposos recibieron el día de su unión sacramental, hace posible que la entrega de ambos pueda ser una realidad. ¡Feliz domingo!

José Javier García

Sacerdote diocesano

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