DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XX del Tiempo Ordinario.

Publicado: 14/08/2015: 1107

Manuel Jiménez Bárcenas, arcipreste de Fuengirola-Torremolinos, nos ayuda a profundizar en el evangelio del Domingo XX del Tiempo Ordinario.

Estamos acostumbrados a  tratar con el Cuerpo y la Sangre  de Cristo y no nos extraña que estén bajo las formas de pan y vino.

Pero para aquellos que no sabían a qué se refería, los judíos del evangelio de hoy, la propuesta de Jesúsles causaba gran escándalo. Reconozcámoslo, a nosotros también nos daría un poco de
repugnancia la proposición: ¿beber sangre de un hombre, comer su carne? No es raro que los primeros cristianos fueran tachados de antropófagos por algunos.  Bien sabemos que no es así, que Jesús, al hablar de su cuerpo y de su sangre, se refiere a la Eucaristía. Pero sí es cierto que somos lo que comemos: teniendo a Jesús por alimento, el Señor pasa a formar parte de nuestro organismo. Al comulgar, Jesucristo “habita en mí y yo en él”,  nos hacemos uno con Él, física y espiritualmente. Teniendo esa conciencia, deberíamos preguntarnos si la comunión nos transforma de veras. Porque sucede que, con frecuencia, comulgamos y, al terminar la Misa, seguimos sin cambiar, como cuando entramos a la iglesia. No debería ser así; se tendría que notar que llevamos a Jesucristo en nosotros. Quizá deberíamos volver a dejarnos extrañar por la propuesta de Jesús, redescubrir la grandeza de que se nos dé total y gratuitamente y con reverencia, humildad y agradecimiento, hacer que Jesucristo, a quien comulgamos, comiendo su cuerpo y bebiendo su sangre, se transparente en nuestras vidas.

Diócesis Málaga

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