DiócesisComentario al Evangelio

Comentario al evangelio del Domingo XII del Tiempo Ordinario

Publicado: 19/06/2015: 1750

Emilio López, doctor en Teología Bíblica, ayuda a profundizar en el evangelio de este domingo.

En la tradición bíblica, el mar tiene un carácter simbólico. Su continuo vaivén y la imposibilidad de contenerlo realmente producen en la mentalidad hebrea una sensación de misterio y de peligro. De misterio porque desorienta (piénsese en los náufragos), de peligro porque en cualquier momento sopla el viento y los marineros no pueden controlar sus naves. El evangelio de este domingo muestra la doble naturaleza de Jesús: el Señor duerme en la popa de la barquilla de Pedro, pero también es capaz de suscitar en sus discípulos la pregunta por su identidad al contemplar cómo el mar se calma con dos simples palabras. Muchas veces nosotros, que nos embarcamos también en la jábega de la Iglesia, nos planteamos si Jesús está dormido, porque parece que este mundo está dejado, como solemos decir, de la mano de Dios. Nada más lejos de la realidad. Jesús está ahí, sólo hay que saber buscarlo y tener el coraje de “despertarlo” con nuestra oración.

Claro que a Jesús le importa nuestra vida. Por supuesto que está pendiente de nosotros. Lo que pasa es que quiere que acudamos a él cuando nos vemos abrumados por el misterio o por el peligro de los mares de nuestros días. Muchos misterios (el dolor, la muerte, el sentido de la vida) pueden rodearnos; muchos peligros pueden acecharnos... pero tengamos el valor de acercarnos a la popa de la barca para decirle: Señor, te necesitamos. Sólo reconociendo que él lo puede todo, y que nosotros sin él no somos nada, podremos seguir navegando.

Diócesis Málaga

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