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Padres que descubren la fe tras la comunión de sus hijos

Publicado: 14/05/2006: 586

•   Las Primeras Comuniones, una oportunidad para la Evangelización

Llegado el mes de mayo, todos los medios de comunicación se copian a sí mismos volviendo a sacar el mismo reportaje que el año anterior en el que nos cuentan con pelos y señales a cuánto ascienden los gastos “necesarios” para la primera comunión de los niños.

Es normal que estos medios se hagan eco de lo que ellos consideran de interés, pues viven de la publicidad de las empresas que venden artículos relacionados con este momento tan importante para la vida de los niños; pero no debería serlo para los que creemos que lo verdaderamente importante es la iniciación cristiana, la preparación de la familias y de los niños para vivir con fe este momento y para seguir participando en la vida de la comunidad cristiana. Estas celebraciones son, por tanto, una oportunidad para profundizar en el Evangelio y para implicarse en la Iglesia.

A lo largo del 2005, en nuestra diócesis se acercaron a recibir su primera comunión un total de 7.404 niños.Esa es aproximadamente la media de los últimos años. Son muchas las cosas negativas que suceden alrededor de las primeras comuniones: d e s i nterés de algunos padres, hijos y familiares, excesos en las celebraciones, falta de respeto en las ceremonias litúrgicas... Pero hoy queremos centrarnos en lo que de positivo tiene que 7.500 familias hayan seguido durante tres años la catequesis y ahora se acerquen a nuestras parroquias a que sus hijos participen en esa gran fiesta que es la Eucaristía. Lejos de desanimar la labor evangelizadora de la comunidad cristiana, estas celebraciones deben ser un acicate para presentar el mensaje del Evangelio a los alejados, aunque muchos (le pasaba al propio Jesús) no lo acepten.

Nos hemos acercado a una parroquia media de la capital, la de la Natividad del Señor, en la barriada de Ntra. Sra. de la Paz, para que los responsables de la preparación de los niños para la primera comunión nos cuenten lo mucho de bueno que surge de este tiempo que pasan las familias en contacto con la parroquia.

En la Natividad participarán por primera vez en la Eucaristía este año alrededor de 60 niños.

Durante un tiempo, como tiene establecido la Diócesis, los propios padres se han incorporado al proceso catequético de sus hijos. Es imprescindible que los padres que deciden que sus hijos hagan la Primera Comunión se impliquen en el proceso preparatorio, pues, difícilmente un niño adquirirá los hábitos propios de la comunidad cristiana si no percibe el testimonio de sus padres.

Cuenta el párroco, José Luis Linares, que “en la parroquia hemos instaurado la Misa de las familias a la que todas las semanas invitamos especialmente a quienes están en este proceso catequético. El contacto habitual de estas personas con la Iglesia, después de muchos años de alejamiento, ha sido muy positivo, puesto que muchos de ellos se han vinculado plenamente a la vida parroquial. Varios han pedido confirmarse y, cada año, junto con los grupos de jóvenes, reciben este sacramento alguno de ellos. También ha sido positiva una experiencia de iniciación a la oración que hemos puesto en marcha.

Todas las semanas, antes de la catequesis, tenemos un cuarto de hora de silencio, de escucha de la Palabra de Dios, de explicación de los signos litúrgicos que hay en la parroquia... Aquí van descubriendo la vivencia de la fe olvidada y la experiencia de comunidad”.

“Ha sido precioso –continúa Linares– el ejemplo de los niños que piden recibir el Bautismo a raíz de su proceso formativo.

Estos niños van dando una respuesta muy sincera de crecimiento en la fe y van creando una relación muy buena con la parroquia.

Toda la comunidad se implica en los diferentes ritos que van recibiendo y se convierten en ‘los niños de la comunidad’. Cada año, en la vigilia pascual, se bautizan uno o dos de estos niños”. Otro de los momentos más llamativos de este proceso, según el párroco, es el de las primeras confesiones. “Tenemos unas celebrac iones peni tenciales muy bonitas, que dejan una huella en los chicos. Con tranquilidad y con el sacerdote que conocen. Este sistema provoca que muchos padres pidan también recibir el sacramento de la reconciliación después de años sin acercarse a él.

Autor: Revista Diócesis

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