Estudió diseño de interiores en Madrid, se especializó en eliminación de barreras arquitectónicas en la Sapienza de Roma, desarrolló su profesión durante 15 años hasta que decidió dedicarse plenamente a la evangelización a través del arte desde la cuenta Ela Ruaj. ¿Qué pasó?

Al regresar a España tras unos años en Colombia por el trabajo de mi marido, me encontré que tenía que volver a empezar y fue un reto. Empecé a pintar como afición y, cuando pensé en qué mensaje quería mandar con mi pintura, caí en que donde he encontrado la felicidad plena ha sido en Dios. Entonces me agarré al Espíritu Santo, porque cada día lo he podido ver en mi vida, y se lo ofrecí todo a Él. Ahora me dedico a anunciar la fe a través del arte con el proyecto Ela Ruaj. Ela son mis iniciales y Ruaj es el nombre del Espíritu Santo en hebreo.

¿Y cómo fue el salto a la literatura infantil? Supongo que ser madre de cinco hijos habrá tenido que ver...

Efectivamente, mientras pintaba mis primeras obras sobre los dones del Espiritu nos confinaron. Tenía a mis hijos alrededor y se interesaban mucho por lo que estaba haciendo. Me surgió la idea de escribir un libro para explicárselo, pero no tenía manera de materializarla. Yo no sé dibujar, no soy escritora... Entonces, Dios puso en mi camino a dos ilustradores de mi parroquia, les conté el proyecto y les gustó. Fue así, de una manera súper curiosa y muy amparada por el Espíritu Santo.

¿Por qué cree que es importante hablar de Dios a los niños?

Es que es fundamental que conozcan la acción de Dios en sus  vidas porque Él es la fuente de la felicidad. Lo que yo quiero con estos libros es darles estas herramientas cuanto antes.

Tras “Celeste y la fortaleza”, en la que la protagonista aprende a superar la pérdida de un ser querido con la ayuda del Espíritu Santo, personificado en la libélula Ruaj, llega “Celeste y el consejo”. Háblenos de él.

Celeste no conoce a Dios. Es una niña que no tiene a nadie cerca que le transmita la fe, pero tiene esa mirada “celeste” en la que ve la belleza a su alrededor. Desde una experiencia muy cotidiana con la que los niños se pueden ver identificados (una pelea en el cole), Ruaj le ayudará a ver esa capacidad de elección entre el bien y el mal que todos tenemos. Se trata de explicar que está en nuestras manos elegir o no la voluntad de Dios.